Es un hecho estudiado por la comunidad científica de México que la población está consumiendo alimentos contaminados de micotoxinas.
Pero el problema mayor es que, según explica Omar Francisco Prado Rebolledo, doctor y especialista en el área avícola en la Universidad de Colima, el Gobierno no ha creado la Norma Oficial Mexicana que regule los niveles máximos tolerables de contaminación en dichos alimentos, específicamente el maíz.
A través del consumo de la carne de pollo, que a su vez fue alimentado por granos contaminados, los mexicanos están absorbiendo toxinas y pueden tener consecuencias graves en la salud, aunque las investigaciones al respecto no están completamente desarrolladas.
Sin embargo, el especialista advierte que la micotoxina: “Sí puede ser cancerígena, puede tener efectos teratógenos en los humanos y puede estar ocasionando problemas”.
El origen de esta situación son los grandes volúmenes de granos almacenados que terminan contaminándose debido a las condiciones de temperatura, humedad y sustancias que los propios empresarios dedicados a este negocio aplican a los granos de maíz, precisamente para evitar que se descompongan y se contaminen más.
Dichas sustancias luego son consumidas por las aves de engorda y en muchas ocasiones éstas no lo pueden “metabolizar” transmitiendo el problema a los humanos que se alimentan de ellas.
“Estas sustancias se van a estar almacenando en la grasa, en el tejido adiposo. Estos animales generan grasa pero generalmente se les retira en los procesos de la preparación del alimento, entonces no hay tanto problema”, matizó Prado Rebolledo.
–¿Qué sucede cuando un animal no alcanza a metabolizar la micotoxina y la ingiere el ser humano? – preguntó Diario Avanzada
–Hay que poner en claro que una micotoxina se va a inactivar a una temperatura de 300 grados centígrados, cosa que en las preparaciones de estos alimentos es una temperatura menor, entonces no queda inactivada. Si consumes una parte del ave que pueda tener una micotoxina obviamente que puedes tener un efecto.
‘Aquí hay que tomar en cuenta que son acumulativas, si llegas el nivel máximo puedes tener problemas. Puede que te ocasionan diuresis, otras que te afectan a nivel hepático y puedes tener además problemas de cirrosis. También se desarrolla cáncer.
‘Por ejemplo, a las personas que no son adultas y que consumen muchas cantidades de estas micotoxinas sí van a tener algún efecto adverso dentro de su organismo”.
Dado que somos “el pueblo del maíz”, porque consumimos mucho derivado de él, prácticamente todos los que estamos en México somos expuestos a alimentos que puedan estar contaminados con micotoxinas.
Las investigaciones científicas apuntan a que hay una correlación entre el cáncer de mama y el nivel de aflatoxinas en las personas que se alimentan con productos avícolas, “pero todavía no son concluyentes”, detalló el profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria en la Universidad de Colima: “Se siguen haciendo más estudios porque es multifactorial, tienen que ver mucho con la edad en que la empezaste a consumir, la dosis a la que has estado expuesta, es muy amplio; pero sí se ha visto que afecta y sobre todo en cáncer de mama”.
–¿En este estudio los primeros resultados que arrojan cuáles son? De cada mil, ¿cuántas personas pudieron haber sido afectadas por el consumo?
–Podemos hablar de una muestra de cien mil mujeres, el punto uno por ciento ha salido, entonces son estudios muy grandes, de mucha duración, no sé en qué van.
MANIPULACIÓN GENÉTICA DEL POLLO DE GRANJA
Por otro lado, cuestionado sobre el rumor público acerca de la inyección de hormonas a las aves de granja para consumo humano negó que fuera verdad. En cambio, aceptó que esos animales sí están modificados para ser una estirpe especializada en producir carne o huevo de manera continua.
Por ello es común, aseveró, que la población piense que se les suministra hormonas, cuando en realidad es la genética lo que les ha permitido “tener esas ganancias tan espectaculares de peso en poco tiempo. En estas líneas comerciales un pollo termina su ciclo a las seis semanas con un peso de dos kilos y medio”.
Caso distinto a los pollos “de rancho”, que se tardan hasta cuatro meses más en adquirir ese peso: “Los animales que han estado en el rancho o que son de genética no tan especializada se tardan un poco más, alrededor de seis meses en ganar este peso. Obviamente que cuenta mucho la alimentación, a los animales de rancho no se les da un alimento tan avanzado, por lo mismo que son animales de crianza o producciones de subsistencia, se alimentan con comida de los mismos humanos o con otros subproductos precarios, por ejemplo se muele maíz, la mazorca, y esos productos se les da, lo mismo que de la cocina como pan, masa, etcétera”.
La manipulación genética de animales para consumo humano se remonta al siglo XIX. En la primera y segunda guerra mundial también se hicieron pruebas al respecto.
El profesor de la Universidad de Colima instruyó que debido a la concentración de grandes masa de gente en las ciudades, los genetistas empezaron a desarrollar estas razas de gallina para tener la disposición de huevo y carne para atender la alta demanda que tienen las personas.
Sin embargo, no fue propiamente una manipulación genética química sino natural, a través de la selección de especies: A través de pura selección, pruebas de heredabilidad, veían un gen de rápidas ganancias de peso y así se fue haciendo la selección”.
NOTAS QUE TE PUEDEN INTERESAR:
Seguro de Desempleo quita al trabajador puntos en el Infonavit: senador
Asesinato de rehén evidencia falta de capacitación de policías: CNGDH
Diputada expone rechazo a mina en Zacualpan en el Congreso de la Unión
Colima, 34 asesinatos en dos meses: Segob
Nuestros textos pueden ser reproducidos sin restricción, sólo especifique la fuente: www.diarioavanzada.com.mx y el autor de la nota.