Se denominan gitanos, romaníes, zíngaros o pueblo gitano a una comunidad o etnia originaria del Subcontinente Indio, que data de los Reinos medios de la India, con rasgos culturales comunes aunque con enormes diferencias entre sus subgrupos.
Se encuentran asentados principalmente en Europa, ya que de hecho son la mayor minoría étnica de la Unión Europea, aunque están presentes también, pero en menor proporción, en el resto del mundo. El Día Internacional del Pueblo Gitano se celebra el 8 de abril recordando aquel día de 1971 en Londres donde se instituyó la bandera y el himno de la Comunidad.
Dado que se pueden encontrar en multitud de países de todo el mundo, existen una gran variedad de etnónimos. Los principales son los siguientes:
– Zíngaros: Término derivado probablemente del griego Ατσίγγανος (literalmente intocable), nombre atribuido a una secta maniquea procedente de Frigia, aunque hay lingüistas que la consideran una falsa etimología. De este término provienen los derivados en alemán (Zigeuner), en húngaro (cigány), en México en algunas zonas geográficas les llaman húngaros, en italiano (zingaro), en idioma turco “cingene” y en portugués y gallego (cigano). En francés se usa con doble ortografía (tzigane o tsigane). Algunos romaníes prefieren la forma sin z, porque esta letra les recuerda al tatuaje empleado por los nazis en los campos de concentración para identificarlos.
– Bohemios: Término utilizado en francés (bohémiens o boumians) por haber entrado los gitanos europeos en el siglo XV mediante un salvoconducto del rey de Bohemia.
Sin embargo, continúa siendo un desafío polémico para la antropología, la historia y la sociología a la hora de explicar sus orígenes, su evolución en el tiempo y sus estrategias de supervivencia en sociedades dentro de las cuales siempre son minoritarios.
La opinión más extendida afirma, a partir de análisis genéticos y lingüísticos y a la vista de los documentos conservados, que proceden de la región del Panyab, conocido en español como “Punjab”, más precisamente de zonas comprendida entre India y Pakistán.30 Los datos lingüísticos, en concreto, apuntan a que los antepasados de los gitanos vivieron en el noroeste de la India, antes de migrar al Occidente pasando por la costa sur del mar Caspio.
La lengua gitana es el romaní, un idioma indoeuropeo.
Un estudio del año 2003, publicado por la revista Nature,43 sugiere que el romaní está relacionado con el cingalés, todavía hoy hablado en Sri Lanka. En la actualidad, sin embargo, la mayoría de los gitanos del mundo habla la lengua del territorio en que habita, adaptándola mediante el fenómeno llamado pidgin. Según algunas autoridades las lenguas gitanas se agrupan de la siguiente manera:
– grupo del Danubio representado por los kalderash, lovara y curara;
– grupo balcánico occidental que comprende a istrios, eslovenos, javates y arlija;
– grupo sinto: eftavagarja, kranarja, krasarja y eslovaco;
– grupos rom de Italia central y meridional;
– grupo británico: romaní galés (ya desaparecido) y anglo-romaní;
– grupo fínico;
– grupo greco-turco o greco-romaní.
– grupo ibérico: caló o hispano-romaní, que es una trasposición léxica del vocabulario romaní sobre la sintaxis y la gramática del español. Se habla en España, Portugal, Andorra y Gibraltar por la población gitana. Erromintxela es el nombre que recibe el habla de los gitanos del País Vasco (buhameak o ijitoak). Es una variante del idioma romaní, con grandes influencias del euskera.
Una de las causas que se relacionan con la exclusión de los gitanos es su tendencia a la itinerancia. La profesora Teresa San Román ha estudiado las diferentes medidas legislativas promulgadas por las autoridades españolas y ha comprobado cómo existió desde el principio una contradicción interna en la lógica de esas disposiciones: “La tendencia a la asimilación durante el siglo XVII y la primera mitad del XVIII es creciente, pero se limitaban los lugares donde poder asentarse, se restringen los oficios…”. Los legalmente avecindados eran expulsados una y otra vez, y la lógica de sedentarización forzosa/expulsión se sucederá en todos los países y en todas las épocas.
La socióloga María Helena Sánchez recuerda que los castigos hacia la comunidad gitana recaían tradicionalmente sobre las poblaciones sedentarizadas, lo que hacía poco atractivo el asentamiento. Al mismo tiempo, la restricción en el ejercicio de oficios conlleva el ejercicio de profesiones itinerantes y estacionales. El nomadismo, en cierta medida, no es una causa, sino una consecuencia de la persecución y la marginación.
Son una comunidad muy diversificada, en el ámbito internacional, sin territorio propio definido, y en la práctica sin instituciones políticas o sociales propias hasta el último siglo. Idealmente, se conoce a la nación gitana como Romanestán, concepto o reclamación similar en cierto modo al de otros pueblos o etnias sin Estado, como los kurdos y su Kurdistán o el del pueblo judío antes del establecimiento de Israel como territorio geográfico para este fin.
La lengua romaní tampoco presenta una homogeneidad o extensión que permita hablar de un único idioma transnacional gitano, pues las comunidades romaníes de los distintos países suelen adoptar o adaptar la lengua dominante del territorio en que se encuentran. Los romaníes de todo el mundo presentan diferentes características antropométricas, culturales y sociales que dificultan su categorización bajo una sola familia étnica, por lo que a menudo es difícil obtener datos fiables a partir de un censo común.
La población mundial de romaníes y su localización geográfica se desconoce con exactitud. La cifra más aceptada, procedente de datos agregados por países47 podría rondar los doce millones de personas, de los cuales diez se concentran en Europa. Algunas fuentes alcanzan hasta un total de cuarenta millones.