El gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, se lavó las manos ante la detención del exgobernador interino Jesús Reyna, quien ocupó su lugar cuando se retiró por cuestiones de salud.
“No estaba enterado”, dijo en entrevista radiofónica, porque si lo hubiera sabido, añadió: “No hubiera sido copartícipe de ese tipo de situaciones”.