Conocer las reacciones que se presentan en la piel tras la picadura del mosco infectado con el virus del dengue, podría dar indicios para diseñar modelos de prevención de la enfermedad y su derivación en el desarrollo de la forma clásica o hemorrágica, informó la doctora, Leticia Cedillo Barrón, adscrita al Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).

La científica del Departamento de Biomedicina Molecular explicó que su grupo de trabajo evalúa algunos de los eventos inmunológicos que ocurren en la piel en los primeros 5 a 7 días después de la picadura, es decir, antes de la aparición de los primeros síntomas del padecimiento, dado que son etapas poco estudiadas.

La investigación, encabezada por Cedillo Barrón, emplea muestras de piel proporcionadas por el Hospital General de Ticomán, mismas que son inoculadas con el virus dengue para poder evaluar qué células de la piel son susceptibles de ser infectadas con el microorganismo, además de comprender el proceso de propagación en el huésped.

El resultado del estudio determinó que varias estirpes celulares son infectadas en la piel incluyendo los fibroblastos, células de la dermis. Éstas se aislaron del tejido cutáneo para establecer cultivos primarios y poder evaluar si son capaces de producir mediadores que contribuyan al control de la infección antes de propagarse fuera de la piel, en el sistema linfático y torrente sanguíneo.

Las muestras empleadas en la investigación son pequeñas porciones de piel donadas de pacientes de cirugía. Hasta el momento se han analizado alrededor de 20 cultivos y los resultados mostraron que los fibroblastos se infectaron en un 30 por ciento.

Lo relevante fue la producción de moléculas antivirales, cuya concentración varía dependiendo del huésped; pero la capacidad de respuesta de estas moléculas es que su presencia podría ser un factor que contribuye en la diseminación del virus dentro de la persona infectada.

Las moléculas antivirales forman parte de los mecanismos de respuesta inmune innata y son un sistema de defensa para actuar de manera rápida contra cualquier tipo de agente exterior dañino. Su función evita el paso de elementos ajenos por la barrera natural de la piel e impide que los microbios logren ingresar al organismo, para posteriormente multiplicarse y producir una infección.

Lo que se sabe hasta ahora del dengue, se concentra en los procesos generados después de que el virus ya atravesó la piel y se encuentra en el torrente sanguíneo, provocando los síntomas propios de la enfermedad, pero se sabe poco del lapso de tiempo entre la picadura y la manifestación de síntomas.

Contar con la información sobre los eventos de la inmunidad innata que ocurren desde la picadura del mosco hasta la presencia de síntomas, podría contribuir en el esclarecimiento de la patología de la enfermedad y a las causas de las formas severas del dengue, donde se sabe que son multifactoriales, ya que intervienen los genomas del virus, del huésped y del mismo vector transmisor de la enfermedad, aseguró Leticia Cedillo Barrón.

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