*El Instituto Mexicano del Seguro Social recomienda, principalmente a los vacacionistas, usar productos que protejan la piel, además de alguna gorra o sombrilla que evite el contacto continuo con los rayos del sol.
Colima, México (06 de agosto de 2013).- Luego de pasar varias horas expuestos al sol, nuestra piel puede sufrir desde cambios leves, como quemaduras, hasta situaciones graves como cáncer, es por eso importante usar algún instrumento, como gorras o sombrillas, para cubrirnos de los rayos; o incluso algún producto protector o bloqueador que mitigue la intensidad de calor.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) desglosa que las lesiones comunes por exceso de exposición solar van desde irritación, comezón, infecciones, ampollas, manchas o paño en la epidermis, hasta quemaduras de segundo grado, sin embargo advierte que la continua exposición a los rayos puede tener consecuencias graves e, incluso, mortales.
Esto puede suceder debido a que las radiaciones que absorbe el cuerpo humano en cada exposición se acumulan, y años más tarde podrían degeneran en un tumor maligno en la piel, informó el especialista en quemaduras, Fernando Sergio Luján Olivar, quien expone que en esta temporada de veranos son los vacacionistas las principales víctimas.
Sostiene que las radiaciones solares producen una onda específica que penetra las capas de la piel y pueden causar daños severos, por lo que recomendó vestir a los menores con playera, gorra o trajes de baño largos, así como aplicar bloqueadores solares antes de exponerlos a las radiaciones ultravioleta ahora que regresan a clases.
El también cirujano plástico estético y reconstructivo sugirió evitar que los niños y jóvenes realicen cualquier actividad en la que se reciban de manera directa los rayos solares de las 10 de la mañana a las 3 de la tarde, toda vez que en esas horas las radiaciones caen de manera directa.
Si yo fuera muy estricto, comentó, “diría que lo conveniente es tener un área cerrada en la cual ellos puedan realizar sus actividades. Si no existe esa posibilidad, por ejemplo, si están nadando, pues lo ideal no es en zonas donde se reflejen más esos rayos, que es en el agua y producen una quemadura mayor, una penetración más de los rayos ultravioleta”, detalló.
Por ello es importante usar varios tipos de bronceadores, ya que además de ser un químico, pueden considerarse como un filtro solar el cual absorbe las radicaciones y hace que el bronceado actúe más rápido; esto es que los melanocitos (células que se encargan de reproducir melanina, pigmento de la piel) actúen como el mecanismo de defensa que tenemos.
Además, es conveniente saber que después de la aplicación de un protector solar se deben esperar por lo menos 30 minutos en lo que penetra la piel, “es decir, si yo quiero irme a asolear ahorita y me pongo protector solar y salgo al sol, no me va a dar la misma protección porque no lo va a absorber mi piel. Tenemos que esperar un promedio de 30 a 45 minutos antes de exponernos al sol”.
Luján Olivar indica que los bebés menores de seis meses de edad jamás hay que exponerlos al sol, ya que su piel aún es muy delgada y fácilmente sufren quemaduras. Si lo llevan a la playa deberá estar bajo una sombrilla o palapa, con ropa clara y la cabeza mojada con agua fresca, que no sea del mar. En el caso de niños mayores, se recomienda el uso de gorra, ya que la cara es una de las partes más sensibles del cuerpo.
En casos extremos por exposición solar o alergias en la piel, el especialista recomienda acudir al médico, ya que hay personas muy sensibles que al estar un tiempo considerable bajo los rayos del sol pueden padecer ampollas, fiebre, escalofríos, náuseas y malestar general.