Expertos del Hospital Infantil de México “Federico Gómez” identificaron que si uno de los integrantes de una familia padece diabetes tipo II existen grandes posibilidades que cualquier otro miembro sufra la enfermedad sin saberlo.
Bajo la dirección del doctor Miguel Klünder Klünder, la investigación se centró en conocer cuál es el peso que tienen tanto los factores genéticos y ambientales en la aparición de la diabetes tipo II en la etapa infantil.
Para llevar a cabo el proyecto se reclutaron 56 familias que acudieron al Hospital Infantil de México, después que uno de sus hijos fue diagnosticado con el padecimiento.
Posteriormente, tanto a los menores como a los padres se les realizaron pruebas sanguíneas del perfil metabólico (insulina, glucosa, triglicéridos y colesterol), además de tomas de ADN y un cuestionario de hábitos y estilos de vida para conocer mejor a las familias.
De igual manera, a cada familia se le pidió invitar a un amigo del menor que no tuviera diabetes junto con los padres para realizarles las mismas pruebas y comparar los resultados.
Dentro de los hallazgos se encontró que el 23 por ciento de los integrantes de las familias con un menor con diabetes también la padecía; sin embargo, la mayoría lo desconocía. En comparación con el 8 por ciento de los integrantes de familias sin niños con diabetes tipo II.
El doctor Klünder especificó que por el lado paterno el 19 por ciento tenían diabetes como el hijo, mientras que en el caso de las madres el 35 por ciento presentaban la enfermedad.
En comparación con los niños que no tenían diabetes por el lado de los padres sólo el cinco por ciento estaban afectados y en el caso de la madre el seis por ciento.
“Lo que hemos visto con este estudio es que la diabetes es una enfermedad familiar y no sólo de la persona afectada, ya que todos tienen la misma probabilidad de padecerla”, detalló el experto.
En cuanto a transmisión de la enfermedad se confirmó con estudios internacionales que con mayor frecuencia la rama materna es la que transmite el padecimiento.
Subrayó que si la madre padece diabetes, el riesgo de que los hijos la padezcan es siete veces mayor en comparación si la progenitora no está afectada.
Advirtió que en el caso de los niños sin diabetes se encontró que los hábitos y estilos de vida son muy parecidos a los menores con diabetes tipo II, por lo tanto, esto puede desencadenar la enfermedad en cualquier momento.
Por ahora, los investigadores siguen trabajando en este proyecto con el fin de confirmar si la aparición de la diabetes tipo II en la etapa infantil tiene que ver más con la parte genética que con factores ambientales.
También se espera conocer las complicaciones a corto y mediano plazo que pueden llegar a tener estos niños con diabetes ya que hay reportes que la presencia de esta enfermedad puede ser más agresiva que en los adultos.
El doctor Klünder añadió que estos primeros resultados ayudaron para mejorar los cuidados que están aplicando en el hospital a los niños que llegan con diabetes tipo II, ya que es importante el trabajo en conjunto de la familia y un seguimiento más cercano con los infantes.
