**Al menos una docena de personas se han quitado la vida este año en Colima **Las autoridades presumen trabajo en la prevención del suicidio **Diversos factores, entre ellos económicos y tecnológicos, hacen que nuestra tolerancia de frustración se reduzca al mínimo, “nuestra tolerancia ha disminuido y la gente tiene más tendencia a odiar a otros y así mismos”, señala la psicóloga Ana Fuentes.

Colima, México (10 de septiembre de 2013). A pesar de que la Secretaría de Salud del Estado presume que en coordinación con el DIF Estatal trabajan en la prevención del suicidio en la entidad, el fenómeno se ha incrementado considerablemente.
En las últimas semanas las autoridades y la prensa dieron a conocer que al menos cinco personas se quitaron la vida. En el contexto de este 10 de septiembre, Día Mundial para la Prevención del Suicidio, la coordinadora del Centro de Orientación en Salud Mental (Cosame), Ana María Fuentes Covarrubias, señala que el mundo actual se ha vuelto cada vez más complejo, por lo que cuando una persona deja de creer que tiene posibilidades para poder enfrentar sus problemas, la muerte a veces resulta una solución aceptable.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada día hay en promedio casi 3 mil personas que ponen fin a su vida, y al menos 20 personas intentan suicidarse por cada una que lo consigue. En México, la Secretaría de Salud estima que cada año hay hasta 14 mil intentos, sin considerar los consumados.
En Colima la cifra se disparó hace dos años. Si bien en el 2000 se llegaron a contabilizar 37 casos, en 2011 se registraron 38 suicidios. El estado se ha mantenido en una constante de entre 20 a 30 suicidios, ocupando con esto uno de los primeros siete puestos a nivel nacional, destaca el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Entre el periodo 1996-2000 los suicidios eran la principal forma de defunción en el estado, estos eran por mucho, más frecuentes que los homicidios, después la estadística se revirtió considerablemente, pero en recientes fechas la Dirección de Prensa ha emitido una cantidad similar de personas asesinadas a personas que se suicidaron.

SUICIDIOS RECIENTES EN COLIMA

Apenas este lunes se dio a conocer el hallazgo de una mujer que aparentemente se quitó la vida con un impacto de arma de fuego en la cabeza, por lo que se presume que la adolescente, identificada como América Guerrero, de 19 años de edad, decidió poner fin a sus problemas personales. Fuentes extraoficiales revelaron que problemas sentimentales, orillaron a la adolescente a tomar la mortal decisión.
En este mismo mes, Manuel Silva Ramos, de 35 años de edad, fue encontrado muerto en una habitación de su domicilio en la casa 59 de la calle Salinas de Gortari, en la colonia Jabalí, de la delegación de Santiago. Fueron sus familiares quienes lo encontraron, colgado del cuello con una soga.
La mañana del martes 20 de agosto pasado fue localizado el cuerpo sin vida de una persona del sexo masculino, “que se suicidó causándose heridas en ambas muñecas con un objeto cortante”, informó el gobierno del estado a través de la Dirección General de Seguridad Pública. La víctima era un hombre de 21 años de edad, originario de Guadalajara, Jalisco, cuyo cuerpo fue encontrado en el desarrollo turístico Isla Navidad del municipio de Manzanillo, y con él una carta póstuma en la que explica la razón por la que decidió acabar con su vida.
Un día antes, el lunes 19, otro sujeto robó un cuchillo cebollero de una lonchería de la Central Camionera de Manzanillo y en frente de todos se lo colocó en el cuello para enseguida intentar llegar a la yugular y poner fin a su existencia; sin embargo, elementos de Seguridad Pública impidieron el suicidio.
Otro caso se dio la mañana del 8 de agosto cuando encontraron el cadáver de un hombre que se quitó la vida disparándose en la cabeza con una escopeta, en el interior de un domicilio de zona centro de Coquimatlán. Las autoridades estatales declararon que se trató de una persona de 38 años de edad, que de acuerdo al testimonio de sus familiares, padecía problemas psiquiátricos a consecuencia del consumo de drogas, y que anteriormente ya había intentado quitarse la vida.
Los últimos días de julio se reportaron otros dos incidentes: El día 24 el coordinador general de seguridad del Gobierno del Estado, Félix Humberto Vuelvas Aguilar, expuso la localización del cadáver de una persona del sexo masculino, que al parecer se quitó la vida ahorcándose con un cabete atado a un árbol, cerca de las vías del ferrocarril en la colonia Torres Quintero en Colima.
Mientras, el domingo 28 de julio, por motivos desconocidos, se informó que un hombre decidió quitarse la vida colgándose en el interior de su casa. Según información proporcionada por la dirección de seguridad pública local, los hechos sucedieron en el domicilio marcado con el número 255 de la calle Gregorio Zúñiga de la colonia Unión, en este lugar se encontró a Misael Ochoa Castillo, de 36 años de edad colgado con un pedazo de rafia de un marco de metal.
Este año también se recuerda que en mayo un hombre se quitó la vida con un arma de fuego en el interior de un rancho ubicado en la zona norte de la ciudad de Colima, cerca del boulevard Camino Real, entre un hotel y un local que funcionaba como discoteca.
Además el incidente en que el ciudadano francés, Gildos Jean Joseph Marvan, se quitó la vida, ahorcándose en una huerta de mangos de la colonia Lázaro Cárdenas del municipio de Comala.
A principios de abril una mujer de la Policía Estatal Preventiva (PEP) se privó de la vida en las instalaciones de la corporación. Después otro elemento se también se suicidó el mismo día de su cumpleaños, la víctima fue Ramón Pérez Bejarano, quien aparentemente tomó la decisión luego de haber sudo despedido de la dependencia de gobierno estatal.

ENTORNO ‘AMENAZANTE’

La psicóloga Ana María Fuentes Covarrubias explica que la sociedad va cambiando y cada vez nos enfrentamos a un mundo donde las personas han disminuido la tolerancia a la frustración y ha aumentado la tolerancia a la violencia, donde nos hemos vuelto más individualista e indiferentes, en donde nos cuesta más trabajo creer en los demás e incluso en nosotros mismos.
“Muchas veces el percibir nuestro entorno como algo amenazante nos puede llevar a recurrir al suicidio, a pensar en que quizá quitarnos la vida puede ser lo mejor que nos pase”, añade al mencionar que cuando una persona deja de creer que tiene posibilidades para poder enfrentar sus problemas, la muerte a veces resulta una solución aceptable.
También se da que cuando la persona pierde la conexión con la realidad, es decir, con sus amigos, familiares, ó cuando se deja ahogar por el sufrimiento, son situaciones que pueden influir para que se comience a considerar que la muerte es la escapatoria. Aclara que el tener buena salud mental para evitar una situación trágica tiene que ver también con los recursos que tiene cada persona para poder salir adelante:
“Últimamente he observado que tanto los jóvenes como los adultos han reducido los recursos que tienen para salir adelante, su capacidad de sobrevivir y a veces se abandonan así mismos, muchas veces por no contar con la capacidad para hablar o pedir ayuda, o para tener un diálogo interno y decir ‘por qué estoy pensando eso’, eso es lo que a veces nos define de que sea un episodio en el que dices ‘pensé que si me suicidaba todo iba estar bien’ a el hecho de considerar ‘sí debo quitarme la vida’.
Ana Fuentes agrega que el hecho de tener un diálogo interno nos puede ayudar a cuestionarnos el porqué estamos pensando en desaparecer, pero hoy en día resulta que es difícil escucharnos a nosotros mismos y ponernos en contacto con nosotros mismos, “nos desconectamos emocionalmente y espiritualmente, no es más difícil creer en algo o tener esperanza”.
–¿A qué se atribuye esta pérdida, esta dificultad para solucionar los problemas, la dificultad para conectarnos a nosotros mismos?
–Hay varios factores -responde la psicóloga-. El primero es que nuestra sociedad cada vez es más caótica de lo que era antes, nos es más difícil saber qué es lo que vamos estar haciendo dentro de 5 años, no lo sabemos. También tiene que ver el hecho de que ahora más que nunca nos hemos acostumbrado a una satisfacción instantánea, donde todo funciona con un control remoto, con presionar un botón.
“A veces la vida virtual, los aparatos inteligentes y la tecnología nos va comiendo, al grado que nos hemos acostumbrado tanto a la satisfacción instantánea que nos es complicado buscar otro tipo de satisfacción que requiera de cierto trabajo o colaboración de otras personas para que se lleve a cabo”.
Plantea que todo ello nos hace que nuestra tolerancia de frustración se reduzca al mínimo, nuestra tolerancia ha disminuido y la gente tiene más tendencia a odiar a otros y así mismos. “Se ha desvalorado la vida, incluso nos hemos vuelto indiferentes ante el sufrimiento de los demás”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) propone tomar varias medidas para reducir el riesgo de suicidio, entre ellas reducir el acceso a los medios para suicidarse (pesticidas, medicamentos, armas de fuego, etc.), tratar a las personas con trastornos mentales, y en particular a quienes padecen depresión, alcoholismo o esquizofrenia; y seguimiento de los pacientes que han cometido intentos de suicidio.
Según la OMS, sólo un escaso número de suicidios se producen sin aviso. La mayoría de los suicidas dan avisos evidentes de sus intenciones. Por consiguiente, deben tomarse en serio todas las amenazas de autolesión.

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