Debido a la elevación de la temperatura global, se ha extendido el ambiente donde vive el mosquito transmisor del dengue, Aedes Aegypti, señaló María Luisa Zárate, investigadora del Centro de Investigación e Innovación Tecnológica (CIITEC) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

 

“El insecto se reproduce en temperaturas cálidas y con la presencia de agua acumulada. Y hoy vivimos en un mundo más caliente y con lluvias torrenciales a las cuales se unen factores sociales, como crecimiento de población y urbanización desorganizada”, indicó la experta.

 

La especialista en epidemiologia señaló que la altura en la que el mosquito tradicionalmente se desarrolla es de 100 metros sobre el nivel mar pero actualmente, las epidemias de dengue pueden desarrollarse a los mil 600 o dos mil metros “y es importante porque la mayoría de las poblaciones vivimos en tierras bajas, zonas hacia donde está migrando este mosquito”, dijo.

 

Zárate comentó que en México el mosquito del dengue se mueve en bajos niveles sobre el nivel del mar pero hoy, tiene presencia a los 2 mil metros y un ejemplo es Puebla, estado en el que se ha registrado a la altura de 2,130 metros.

 

“Muchos vectores han hecho presencia en regiones antes frías que hoy se encuentran en condiciones climáticas adecuadas para su desarrollo; ya no afecta sólo a las áreas urbanas tropicales del mundo, sino que también a las templadas y las regiones altas. Esto preocupa porque el dengue ocurre como brote, es decir, no es un caso, sino cientos”, detalló.

 

De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), añadió, existen tres millones de personas con el riesgo de contraer esta enfermedad que no es tratable con vacunas ni medicamentos,  y en los últimos 10 años se ha extendido a 120 países, cifra que contrasta con la de 1995, año en que sólo se reportaba en 36 naciones.

 

Dengue al alza

 

Existen varias razones, como el incremento de población urbana, desplazamientos o migraciones de personas, insuficientes programas de control en viajes, aumento global de la temperatura, conservación residuos sólidos y deficiente abastecimiento de agua.

 

Sobre este último factor, señaló, existen zonas en donde el líquido vital es escaso por lo que los habitantes deben acumularla, acción que favorece la creación de criaderos de mosquitos Aedes Aegypti. Otras razones que aumentan su presencia, dijo, son la resistencia a insecticidas, falta de participación comunitaria, urbanización desorganizada y casas cerradas con humedad y calor adentro.

 

Existen cuatro serotipos de virus dengue y actúan por medio de una célula que mide siete micras de diámetro, explicó Zárate. “Cuando una persona se recupera de la infección por un determinado serotipo, adquiere inmunidad para ese serotipo, pero son cuatro y circulan al mismo tiempo, entonces hay susceptibilidad a los otros serotipos aun cuando ya tuvo un tipo de dengue, aumentando el riesgo a padecer dengue hemorrágico”, afirmó.

 

Respecto al curso de la enfermedad, dijo, el momento de la picadura sucede cuatro días antes de los síntomas, provocados porque en la sangre del afectado circulan millones de virus circulando que originan fiebre de 40 grados, petequias (lesiones color rojo) en las extremidades, salpullido en la espalda, dolor de cabeza intenso y de ojos.

 

“En ese momento la persona puede recuperarse en cuestión de cinco días, pero si ya tiene antecedentes de otra infección se complica y empieza a manifestarse el dengue hemorrágico”, apuntó.

 

Actualmente no existe tratamiento farmacológico contra esta enfermedad, por lo que Zárate considera que el mayor reto es generar vacunas pues las medidas más eficaces son aislar al enfermo con mantas de tule y aplicar insecticidas para atacar los mosquitos adultos y las larvas de Aedes Aegypti.

 

Fuente: Crónica

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