Casi 200 países mantuvieron viva la esperanza el sábado de alcanzar un acuerdo global para combatir el cambio climático en el 2015, luego de superar disputas sobre recortes a las emisiones de gases de efecto invernadero y sobre ayuda a países pobres en una reunión muy criticada por su falta de urgencia.

 

Los gobiernos presentes acordaron en Polonia que un nuevo acuerdo en el 2015 consistirá en un conjunto de contribuciones nacionales para reducir las emisiones que podrían borrar una distinción de 20 años entre las obligaciones de países ricos y pobres.

 

La reunión de dos semanas también creó el Mecanismo Internacional de Varsovia para ayudar a los países pobres a lidiar con pérdidas y daños derivados de olas de calor, sequías, inundaciones, desertificación y el aumento del nivel del mar, aunque las naciones ricas se rehusaron a prometer nuevo dinero.

 

Muchos afirmaron que Varsovia no cumplió con lo que se necesitaba.

 

“No conseguimos un resultado significativo”, dijo Naderev Sano, delegado de Filipinas que realizó una huelga de hambre durante las negociaciones para instar a la acción en apoyo a las víctimas del tifón Haiyan, que acabó con la vida de más de 5.000 personas.

 

Ningún país de peso ofreció acciones más estrictas para desacelerar el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo y Japón dio pie atrás desde sus metas para emisiones de carbono al 2020, tras el cierre de su industria nuclear tras el desastre de Fukushima.

 

PROTESTA VERDE

 

Medioambientalistas se retiraron de la cita el jueves, exasperados por la falta de avances. A los países ricos les interesa reactivar sus alicaídas economías más que el cambio climático.

 

“Es abundantemente claro que aún tenemos un largo camino por recorrer”, comentó Christiana Figueres, la jefa de clima de la ONU.

 

Los negociadores se encaminan a una cumbre en París en el 2015, pero por el momento no se ve que vayan a cumplir con una limitación del calentamiento global a un techo acordado de 2 grados Celsius sobre la época preindustrial para evitar un cambio peligroso, dijo Figueres.

 

En septiembre, una comisión de expertos climáticos de la ONU elevaron a un 95 por ciento la posibilidad de que emisiones de efecto invernadero creadas por el hombre, mayormente por la quema de combustibles fósiles, eran la principal causa del calentamiento desde 1950, desde un 90 por ciento en una evaluación previa.

 

Delegados en Varsovia acordaron que un nuevo acuerdo global, que sería firmado en París en 2015 y que entraría en vigor en el 2020, estaría compuesto por lo que llamaron “contribuciones pretendidas determinadas nacionalmente” tanto de países ricos como pobres.

 

Hasta ahora se esperaba que los países ricos que han emitido mayor cantidad de gases de efecto invernadero desde la Revolución Industrial tomaran la iniciativa con “compromisos” para recortar emisiones, mientras que a los pobres se ha exigido “acciones” menos estrictas.

 

“En el sistema antiguo, tenías este cortafuegos entre compromisos y acciones, ahora hay una palabra para todo”, dijo la comisaria europea Connie Hedegaard.

 

De cualquier forma, el enviado climático de Estados Unidos, Todd Stern, dijo que no habría coerción. “No es que alguien se vaya a parar encima tuyo con un palo y a decirte qué hacer”, sostuvo.

 

El acuerdo de Varsovia llamó a aquellos países que puedan hacerlo a que presenten sus planes para reducir emisiones hasta el primer trimestre del 2015 para dar tiempo para una revisión antes de la cumbre de París hacia fin de ese año.

 

En virtud del último pacto climático, el Protocolo de Kioto, sólo se pedía a los países más desarrollados que limitaran sus emisiones, que fue una de las principales razones que llevaron a Estados Unidos a no aceptarlo. El país dijo que economías en rápido crecimiento, como China y la India, también debían suscribirlo.

 

Hasta el sábado, la única medida concreta que surgió del encuentro fue un acuerdo sobre nuevas normas para proteger los bosques tropicales, que absorben dióxido de carbono a medida que crecen.

 

Las naciones desarrolladas, que prometieron en el 2009 elevar la ayuda financiera contra el cambio climático a 100.000 millones de dólares anuales después del 2020 desde 10.000 millones al año en el periodo 2010-12, rechazaron los llamados a fijar objetivos para 2013-2019.

 

Un texto en borrador simplemente instó a las naciones desarrolladas a fijar “crecientes niveles” de ayuda financiera.

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