Cuernavaca, MORELOS.- Como un precedente jurídico surgido a partir de un caso en el que una morelense fue acusada por medio de un aparato que presuntamente detecta estupefacientes y otras sustancias ilegales, el llamado GT-200, mejor conocido como ‘la ouija del diablo’, fue calificado por el abogado Juan Gabriel Várgas Téllez.
Apoyado con científicos también morelenses, la eficacia del citado aparato que era usado por el Ejército mexicano y diversas corporaciones policiacas para detectar drogas y armas, fue puesta en entredicho y finalmente probada su inutilidad para los fines que el fabricante le atribuía.
“Lo valioso del trabajo de los científicos mexicanos, es que desde el punto de vista científico se demostró que este aparato no es capaz de detectar absolutamente nada”, precisó el abogado en entrevista con Diario de Morelos Informa a la 1 de la tarde.
Juan Gabriel Vargas, quien hace unos días liberó a Juanita Velázquez, encarcelada dos años en el penal de Atlacholoaya, injustamente por un operativo en su negocio de comida, en Civac, Jiutepec, en donde la llamada “ouija del diablo” la incriminó, calificó como inoperante el aparato.
Comentó que el caso de Juanita no es el único, ya que hay muchas personas encarceladas injustamente, al haber sido detenidas en operativos militares justificados por el uso del GT200, por lo que sienta un precedente no sólo en Morelos, sino en México.
“Es preocupante porque no solamente en Morelos, sino que en todo el país se han detenido personas, se han apoyado los procesos en el uso de este aparato GT-200, pero si quiero destacar algo, el hecho que cuando la defensa ofrecía la prueba, los jueces no admitían el desahogo, decían que ese no era un objeto relacionado con el delito y en consecuencia no se admitía la prueba, por eso yo siempre quise destacar la autonomía y el criterio de la Juez Cuarta que me admite la prueba, ordena su desahogo y apremia a la Defensa Nacional para los efectos de con los resultados ya sabidos”, externó.
Al respecto, Juanita Velázquez, liberada el 28 de mayo, señaló: “me he quedado en la calle, no tengo nada, no más a mis hijos, ya no tengo nada”.
La mujer relató que el 9 de marzo de 2011, cuando fue detenida, “estaba pintando la pared con otra muchacha cuando ellos (militares) llegaron, me pidieron permiso de realizar una revisión rutinaria, no encontraron nada, se fueron y luego regreso muy agresivos y me detuvieron”.
