¿Quién podría olvidar el inicio, en 2009, de la campaña “El mejor trabajo del mundo”?

 

La campaña realizada por la oficina de Turismo de Queensland generó un interés global en el llamado Estado del Sol y en el papel del guarda forestal y “cuidador” de la Isla de Hamilton en los arrecifes de la Gran Barrera. Ben Sauthall fue el primer ganador, un británico de nacimiento y nativo de Hampshire, que superó a 35 mil aspirantes al puesto.

 

Ben pasó un año promoviendo las maravillas de los Arrecifes de la Gran Barrera. Durante los primeros cuatro días visitó la prístina playa de Whitehaven y se detuvo a almorzar en la Isla de Hayman, luego recorrió el Mar de Coral y la Isla de Daydream para terminar en el parque de Seaworld jugando una partida de Aussie Rules.

 

Tras cuatro días en su empleo de un año en “El mejor trabajo del mundo”, Ben dijo: “Mi estadía en la Costa Dorada ha sido más que espectacular, es realmente una maravilla para todos”.

 

Lamentablemente, muy pronto se construirá un puerto carbonífero masivamente destructivo a solo 50 kilómetros al norte de las magníficas islas de Whitsunday. La expansión del puerto fue aprobada por el gobierno Nacional Liberal de Abbott el 11 de diciembre, y se convertirá en uno de los puertos carboníferos más grandes del mundo.

 

Irónicamente, las instalaciones de exportación de carbón están ubicadas en Abbot Point. Para la construcción de este puerto será necesario dragar tres millones de metros cúbicos de lecho marino. El material dragado será desechado en el Área del Patrimonio de la Humanidad del Arrecife de la Gran Barrera. A fin de tener una idea de la escala de este dragado, si todos los desechos se pusieran en camiones mineros, habría 150 mil de ellos formados en fila, de Brisbame a Melbourne.

 

Esta expansión es una prueba más de cómo el gobierno de Abbott está decidido a convertir a Australia en un insensato estado carbonífero que represente únicamente los intereses de las empresas de combustibles fósiles y del carbón.

 

Justo a la vuelta del puerto hay una playa en la que desovan la tortuga plana y la tortuga verde, ambas en peligro de extinción. Algunos hechos sobre la tortuga plana: el gobierno de Australia la ha clasificado oficialmente como “vulnerable”, y anida solo en el norte de Australia. Tiene la ruta migratoria más corta entre las tortugas marinas, por lo que si su hogar en Queensland es destruido, no tendrá adónde ir.

 

Además, dentro del área en la que se desecharán los desperdicios hay lechos de algas que son el hogar de los dugongos. Las “vacas marinas” tal vez no sean los animales marinos más sensuales, pero están en peligro de extinción, y la mayor parte de la población mundial vive en el Arrecife de la Gran Barrera. Esta es una de las razones por las que el Arrecife se encuentra en la lista del Patrimonio de la Humanidad.

 

Un reporte independiente ajeno al gobierno, de agosto de este año, encontró que los sedimentos dragados viajan mucho más lejos de lo que se pensaba en un principio. Los riesgos incluyen que el sedimento sea perturbado por condiciones climáticas severas. Hasta un examen rápido de los patrones climáticos de Queensland cerca del Arrecife durante la última década, mostraría que el clima severo, incluyendo los ciclones e inundaciones tropicales, son un suceso regular, aun si no se toman en cuenta eventos masivamente destructivos como el ciclón Yasi.

 

De acuerdo con investigaciones recientes, el Arrecife de la Gran Barrera generó alrededor de 69 mil empleos equivalentes de tiempo completo e impulsó la economía australiana con cinco mil 680 millones de dólares en 2011-2012. La mayoría de lo anterior a través del turismo y de industrias que dependen del arrecife, tales como la pesca.

 

El ministro de Medio Ambiente, Greg Hunt, ha afirmado maliciosamente que “algunas de las condiciones más estrictas en la historia australiana han sido establecidas en estos proyectos”. Esto es malicioso porque, obviamente, aumentar masivamente la exportación de carbón en este momento causará un daño irreparable al clima de la región.

 

También es preocupante que el informe y decisión de Greg Hunt, emitido el 11 de diciembre, se base en la afirmación de la North Queensland Bulk Ports Corporation, la corporación estatal propietaria del proyecto, que dice que “el área del proyecto (área de dragado) no es un sitio importante de biodiversidad significativa en la Zona de Patrimonio de la Humanidad del Arrecife de la Gran Barrera” y que “el área de impacto potencial en los terrenos de desecho (que están dentro de la Zona de Patrimonio de la Humanidad del Arrecife de la Gran Barrera y del Parque Marino del Arrecife de la Gran Barrera) es considerablemente reducida”. El informe también dice que “existen registros que muestran que los habitantes se recuperaron de eventos similares”.

 

Por supuesto, cada quien es libre de sacar sus propias conclusiones sobre la extraña disonancia cognitiva de Hunt, en la que por un lado se han impuesto las “condiciones más estrictas” para el dragado pero, por el otro “el área del dragado no es una zona importante” del arrecife. Tal vez alguien quiera explicar por qué Hunt ha exigido condiciones estrictas si el área no es zona importante.

 

A no ser, por supuesto, que Hunt simplemente esté intentando ocultar la realidad.

 

El problema real no es solo el daño silencioso y basto que le hará el drenaje al Arrecife de la Gran Barrera, ni el riesgo del daño que sufrirá éste debido al aumento sustancial de embarcaciones que navegarán por el área.

 

El desarrollo de Abbot Point tiene permiso para exportar grandes cantidades de carbón. Los puertos carboníferos actualmente propuestos, incluyendo al de Abbot Point y las nuevas terminales carboníferas proyectadas en la Isla de Wiggins, Raglan Creek, Isla de Balaclava, Dungeon Point y Cape York, aumentarían las toneladas totales de carbón más de seis veces, de 156 millones en 2011 a una capacidad de 944 millones de toneladas para finales de la década.

 

El carbón de Australia es una de las 14 bombas de carbón del mundo. Su industria de exportación de carbón es la más grande del mundo, y resulta en emisiones de 760 mil toneladas de CO2 anuales. El objetivo urgente del gobierno de Tony Abbott y de su ministro de Medio Ambiente, Greg Hunt, es vender tanto carbón devastador del clima como les sea posible, tan rápido como se pueda.

 

Todos los días, este gobierno nacional-liberal, dirigido por Tony Abbott, da nuevos ejemplos de su falta de visión y su disposición a destruir vidas, comunidades y el medio ambiente, a fin de enriquecer a los barones del carbón.

 

Todos podemos hacer algo para evitarlo. D

The Guardian

Traducción: Franco Cubello

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