México.- Datos mostrados por el Banco Mundial (BM) revelan que en México no sólo no se ha reducido la pobreza, además ha aumentado la desigualdad.

 

México es el negrito en el arroz, pues en América Latina la desigualdad medida por el coeficiente de Gini se redujo considerablemente entre 2000 y 2010, pero entre 2010 y 2012 hay un estancamiento de ese progreso, y el país contribuye a esa paralización.

 

“Entre los países que destacan en la contribución a este estancamiento está México, donde incluso entre 2010 y 2012 hubo un alza en la desigualdad”, advirtió George Gray Molina, economista senior para América Latina del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

 

Durante una conferencia transmitida por Internet explicó que índice de Gini mide hasta qué punto la distribución del ingreso entre individuos u hogares dentro de una economía se aleja de una distribución perfectamente equitativa.

 

De acuerdo con el estudio “Ganancias sociales en la balanza: un reto de política fiscal en AL y el Caribe”, en el que el BM calculó cuánto aporta cada grupo de países a la pobreza de la región, se evidencia que en 12 años México y Centroamérica pasaron de concentrar 30% de pobres a 41% en todo el continente.

 

El organismo detalló que en 2000, Sudamérica –Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay– aportó 46% de lo pobres. La región andina, –Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú– otro 24%.

 

En tanto, México y Centroamérica tenían el 30% restante.

 

Pero en 2012, la situación cambió de manera radical pues en Sudamérica vivían 37% de los pobres, en la región andina 22% y, en México y Centroamérica, 41%.

 

Según el estudio, ello se debe a que tanto en el Cono Sur y la región Andina se vivieron altas tasas de crecimiento y una mejora en la distribución del ingreso, mientras que en México y Centroamérica, no.

 

El BM muestra que, aunado a otros factores, las políticas fiscales y los sistemas de redistribución no han sido eficientes en AL.

 

“Hay un punto ciego fiscal, lo cual quiere decir que gran parte del efecto que se logra con transferencias, pierde incidencia con las políticas fiscales regresivas, lo cual significa que lo que da el ministerio social por un lado, lo quita el ministerio de hacienda por el otro”, indicó Gray Molina.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *