**Bajo los rayos del sol, sin buena salud ni alimentación, menos educación, los infantes reciben una mínima cantidad por su labor, aun cuando por ley está prohibido que trabajen **Colima, la cuarta entidad con mayor porcentaje de trabajo infantil. 

 

Colima, México (marzo de 2014).- Ante la mala economía en el país, cientos de familias migran a los campos colimenses para trabajar. Lo hacen bajo los intensos rayos del sol, ante falta de condiciones de salud y bienestar y a cambio de un bajo salario, el cual no les alcanza para regresar a sus lugares de origen y la mayoría de las veces se tienen que traer a toda su familia a vivir con ellos.

 

Por eso en municipios como Armería, Cuauhtémoc, Manzanillo y Armería se puede ver a niñas y niños trabajando. Las empresas trasnacionales están llegando a todos lados, denuncia Esperanza Salazar Zenil, representante de Bios Iguana A. C., quien ha estado trabajando en comunidades rurales y zonas pobres; “lo mismo pasa con los cultivos de pepino, jitomate, limón y caña del estado, llegan empresas de otros lados, rentan los terrenos, traen gente de otro lado, aquí mismo hay gente de Guerrero, que llega con toda su familia, que no saben hablar el idioma, que les pagan el mínimo y que además no le alcanza para ir a su casa y regresar, por eso se traen a toda su familia”.

 

Revela que en la agricultura local trabajan familias de escasos recursos, cortando pepinos, por ejemplo, “creo que 10 pesos la cubeta grande. Hay una explotación de niños, una explotación infantil, no están las condiciones dadas para que la gente tenga buen ambiente para la salud, de alimentación. Y por otro lado los menores no tienen escuela, ahorita unas compañeras están yendo a educar a algunos niños de Guerrero que ni siquiera hablan español, están tratando de enseñarles cuando menos a que empiecen a entenderlo para que se defiendan de alguna manera”.

 

Según datos del último estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de 2011, 3 millones de niños y niñas están “ocupados”, es decir, realizan alguna actividad económica. Es decir, el 10.5 por ciento de la población infantil. De éstos, el 46 por ciento no asiste a la escuela. Los sectores donde los menores laboran son en el campo (29.5); servicios (26.7%); comercio (25.4%); la industria manufacturera (11.8%); y, en la construcción (11.9%).

 

Mientras, los últimos datos del instituto (2009) señalan que en Colima existe una población de 149 mil 061 infantes y se calcula que para ese año, 23 mil 586 niños entre los 5 y 17 años estaban “ocupados”, lo que equivale al 15.8 por ciento de la población infantil del estado. Así mismo los resultados revelan que 14 mil 182 niños trabajan menos de 35 horas semanales y 8 mil 082 trabajan más de 35 horas. Colima se posiciona como la cuarta entidad con mayor porcentaje de trabajo infantil. 

 

EN EL CAMPO Y LA CIUDAD…

Esperanza Salazar advierte que en Colima se está dando la explotación laboral infantil, “a los niños los ponen a trabajar. Los gobiernos saben pero se hacen de la vista gorda. A lo mejor ni siquiera investigan qué es lo que está sucediendo en las plantaciones, tanto en Tecomán, Armería, Manzanillo, Cuauhtémoc, Comala”.

 

Y por si fuera poco, además de ponerlos a trabajar, los menores pudieran estar sufriendo de abusos sexuales, “hay mucha prostitución pero además los niños que nacen en esa vida rural, agrícola, humilde; a las madres no les cuesta nada venderlos. Pero eso es un problema no sólo de las mismas madres, sino social, nos hemos metido como sociedad y no hemos logrado tener una justicia social (…) hay lugares del estado donde no  tienen ni qué comer, hay una situación muy grave en la zona agrícola de Tecomán, por ejemplo”, lamenta la activista.

 

Por otro lado, en junio del año pasado, la directora del DIF Estatal, Guadalupe Ariadna Flores, reconoció que en Colima hay cientos de niños que trabajan ante la irresponsabilidad de muchos padres por hacerse cargo de ellos, cuando menos hasta los 18 años de edad, por lo que el Sistema para el Desarrollo Estatal de la Familia ha visto la necesidad de desalentar este problema mediante el ofrecimiento de 290 becas económicas a esos menores, por tres mil pesos mensuales durante 10 meses.

 

Un año antes, la coordinadora estatal del Programa de Atención a Niñas, Niños y Adolescentes en Riesgo (Pannar), María del Carmen Vogue, informó que en 2012 detectaron 554 menores laborando en el estado.

Respecto a los niños que trabajan en el campo, destacó que se diferencian 2 variantes: los migrantes que laboran por temporadas en el estado y que vienen con sus padres para ayudarles, y los que por sus condiciones y la zona en donde viven, son orillados a hacerlo, y dijo que todavía no se podían decir cifras exactas.

 

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