Colima, México (06 de septiembre de 2013).- El hecho de que el gobernador Mario Anguiano Moreno esté convocando a la marcha a favor de la reforma energética para este sábado, “hace ruido y prende los focos amarillos de alarma en el sentido de que inevitable o deliberadamente el aparato público pueda ser puesto al servicio de una postura particular”, advierte Alan Arias Marín, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigador en el Centro Nacional de Derecho.
En entrevista con Avanzada, el académico reconoce que así como la gente tiene derecho a manifestarse en contra de la reforma energética, también lo tiene de hacerlo a favor de la reforma, “es un derecho de libertad a la manifestación que no se puede cuestionar. Lo que empieza a ser un poco problemático es que la convoque el gobernador”, sostiene.
Explica que esta postura del mandatario estatal puede ser cuestionable porque se supone que él gobierna para todos los colimenses. A pesar de que haya sido elegido mayoritariamente bajo la bandera del PRI, hay sectores de colimenses que no están de acuerdo con la reforma energética, ni son del PRI; insiste al advertir que ello empieza a hacer complicado el porqué es el gobernador el que empieza a convocar esa manifestación.
Arias Marín recuerda que el presidente nacional del PRI, César Camacho, había anunciado que saldrían a las calles a defender la reforma, por lo que a partir de esta declaración que dio el dirigente partidista se puede ver en esa lógica la iniciativa de la manifestación en Colima a favor de la reforma energética.
A mí lo que me hace ruido, agrega, “es que sea el gobernador el que la encabece. Si la organizara el PRI me parecería correcto. Y en todo caso si el gobernador quiere ir el sábado como un militante más del PRI a apoyar esa manifestación está en su derecho. Lo que me resulta complicado es que él sea el organizador”.
El especialista en temas políticos indica que existe el riesgo de que el aparato gubernamental se vuelque a participar en esta marcha, “evidentemente en la medida en que un funcionario del más alto nivel, como el gobernador, asume una postura parcial, partidista, se tienen que encender los focos amarillos de alarma, en el sentido de que inevitable o deliberadamente el aparato público pueda ser puesto al servicio de una postura particular y no de carácter general, como debe de ser”.
“Siempre es el riesgo que se corre (que los trabajadores salgan presionados a marchar) cuando un funcionario de Colima, el Distrito Federal, China; asume una postura partidista desde una parte de la sociedad, siempre existe esa posibilidad”, concluye.
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