Colima, México (13 de septiembre de 2013).- Alan Arias Marín, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) e investigador en el Centro Nacional de Derecho, tiene sus dudas sobre los beneficios que podrían traer las reformas estructurales que está emitiendo el gobierno de Enrique Peña Nieto, entre ellas la educativa, hacendaría y energética.
Habría que ver qué tan positivas son, declaró en entrevista con Avanzada, “porque el tema es cómo se aterrizan esas reformas. Pero de que la agenda del pacto (por México) toca los grandes problemas que el país necesita enfrentar en términos de reforma, eso sí es cierto. Ahora bien, cómo resultan, eso ya es una parte del proceso político”.
Por ejemplo, la reforma educativa, ilustró, “nadie duda que hace falta reformar y sacudir las condiciones de la educación en México para su calidad, su eficiencia y atacar toda una serie de corruptelas y demás; pero de ahí a cómo quede, a que se haya centrado el tema en el control del profesorado, de que se haya planteado el de la evaluación como una finalidad y no como un medio para la profesionalización del magisterio; es cuestionable”.
“Sí (es necesario) ponerlos a competir y capacitarlos, pero no violando los derechos laborales de la bilateralidad para el despido de los profesores y demás. Eso nos muestra que es un tema en el cual todos estamos de acuerdo: hay que reformar la educación, sin embargo en el momento en que se aterriza va tomando caminos muy peculiares.
El académico advierte que la misma incertidumbre y elementos se pueden ver con el caso de la reforma de telecomunicaciones, que todavía está por verse cómo vienen las leyes secundarias.
Además será interesante ver cómo quedan finalmente las dos ‘megareformas’, la energética y la fiscal, sostiene al recordar que ambas son complementarias. “Si cambias el régimen fiscal de Pemex tienes que buscar por dónde vas a encontrar los recursos que el Estado va a dejar de recibir de Pemex”, reflexiona Alan Arias Marín.
De igual forma destaca que es importante retomar el golpe de autoridad que dio el gobierno federal con el encarcelamiento de Elba Esther Gordillo, exdirigente del SNTE, sin embargo considera que las autoridades “midieron mal: la oposición no iba a venir fundamentalmente del Sindicato del SNTE, sino de la Coordinadora, de la CNTE, como se ha demostrado fehacientemente”.
El investigador advierte que es necesario que Enrique Peña Nieto y su gabinete tengan un mejor manejo político, “porque hemos visto que en esta cuestión de las reformas secundarias y las movilizaciones de la CNTE en la Ciudad de México, también ha habido omisiones e incapacidades de ciertos sectores del gobierno”.
En resumen, tras más de nueve meses de gobierno, “hemos pasado del deslumbramiento a la inercia. Comenzó con medidas importantes, particularmente haber logrado algo muy difícil, que es el famoso Pacto por México (…) y la agenda de reformas más o menos consensuadas, muy interesantes”, pero habrá que ver qué tan benéficas son, subraya Arias Marín.
