**Este miércoles a las 10 de la mañana se reunirán afuera de las oficinas de la dependencia de gobierno federal para buscar frenar la “aberración” que está cometiendo el delegado Ernesto Pasarían, anuncia la representante de Bios Iguana, Esperanza Salazar.
Colima, México (Avanzada).- Con el lema !No a la muerte de cocodrilos!, la asociación ambientalista Bios Iguana está organizando realizar para este miércoles 18 un mitin a las 10 de la mañana en las oficinas de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en Colima, luego de que el delegado Ernesto Pasarín Tapia, autorizara la semana pasada la caza de los saurios.
Esperanza Salazar Zenil, coordinadora de la agrupación, expone que están cansados de que al frente de las instituciones encargadas del cuidado ambiental sigan imponiendo a licenciados, ingenieros, arquitectos, médicos y administradores que no entienden la función de los ecosistemas, “así los arquitectos ven importante la construcción de megaproyectos de infraestructura y los administradores ven los bienes comunes naturales como recursos negociables”.
La responsabilidad de este desorden ambiental que tenemos en Colima es exclusivamente de la Semarnat y la Profepa, asegura, por dedicarse a defender empresas que destruyen los ecosistemas, en lugar de coordinar la ejecución de programas encaminados al cuidado y mejoramiento ambiental en el estado.
“Los cocodrilos ahora andan en busca de un lugar que los proteja porque estas instituciones se encargaron de autorizar proyectos que destruyeron su hábitat. Por otro lado también autorizaron proyectos de reproducción de cocodrilo sin un técnico especializado ni un plan de manejo, con una especie introducida, dejando que se escaparan e impactaran a especies endémicas”, explica la ambientalista.
PROTESTA Y PROPUESTA
Al insistir en que no se debe de matar a los cocodrilos, Esperanza Salazar propone como alternativa comenzar por llevar a cabo programas de restauración de su hábitat, declarar santuarios para esta especie. Considera que si la laguna de Cuyutlán se rehabilitara pudiera ser un espacio para la conservación del cocodrilo. Esta laguna cuenta con 7,200 hectáreas y ahora forma parte de los sitios RAMSAR de humedales de protección internacional.
“Si se capturan algunos ejemplares que sea para que sirvan como pie de cría para UMAS de Colima o del país, no para ser vendidos como carne o piel. De acuerdo a la ley solamente las crías salidas de UMAS con un buen plan de manejo, podrán ser aprovechadas comercialmente”, advierte.
Por lo anterior Bios Iguana exhorta al delegado de la Semarnat a que lea el Código de Ética, el Manual de Organización y el Código de Conducta de su Institución, la LGEEPA, la LGVS, y sus reglamentos, las Normas Oficiales Mexicanas; “y cuando los lea se dará cuenta de que lo que intenta hacer es una aberración y que se equivocó de institución. ¡Si no está preparado para ese cargo que renuncie!”.
De igual forma invitó a la sociedad en general a unirse a este mitin que se llevará este miércoles a las 10 de la mañana frente a las oficinas de la dependencia de gobierno federal. La intención, expone, “es dar a conocer a la población que la responsabilidad de que estos animales anden en las playas o buscando alimento es única y exclusivamente de las Instituciones encargadas de su cuidado (SEMARNAT y PROFEPA), que ahora quieren hacer ver a los cocodrilos como agresivos, que se han reproducido sin control y son un grave peligro para la población. Si antes no se veían en las playas es porque tenían su hábitat y no tenían necesidad de salir de él”.
Explica que los cocodrilos, desde el punto de vista ecológico, se consideran especies clave que mantienen la estructura y función del ecosistema por las actividades que realizan, tales como la depredación selectiva de especies de peces. Más que amenazas son otra más de las especies amenazadas por la extinción.
“Invitamos a la sociedad de Colima a manifestarse en contra de este ecocidio. Estos huracanes cada vez más agresivos no son naturales, son producto del cambio climático que a su vez es producto de nuestra irresponsabilidad con el planeta”, concluye Esperanza Salazar.