Colima, México (25 de septiembre de 2013).- Priva la ignorancia no sólo en la gente de abajo, sino en altos funcionarios, advierte el presidente del Comité de los Derechos Humanos No Gubernamental (CDHNG) en el estado, Efraín Naranjo Cortés, al advertir que no podemos avanzar en una cultura de respeto a los derechos humanos porque las instituciones no hacen el esfuerzo de capacitarse.
En entrevista con Avanzada, recuerda que le comentó a un funcionario que sería bueno que leyera la sentencia del caso Rosendo Radilla, sin embargo éste no sabía ni quién era la persona citada: “Lee el caso del campo algodonero -le dije, mantiene el activista-, ‘quién es esa chingadera’ me dijo un juez. Yo tengo toda la intención de hablar con el presidente del tribunal para, sin decirle el nombre de esta persona, inicien con una preparación solicitada a la corte, o a quien tenga que hacerlo, el nuevo paradigma que significó modificar la Constitución a partir del caso Radilla, cambiar la ley de amparo e incluir los juicios orales, que también ya venían siendo desde 2008 tratados con los parámetros obligatorios de igualarse a los estándares internacionales”.
El defensor de los derechos humanos sostiene que tiene claro que toda esta ilegalidad, que viene siendo también autoría de agentes de la policía ministerial, es por falta de capacitación. “Dice uno ‘entiendo que no son abogados’, pero hacen lo que hacían hace más de 20 años, se requiere que también ellos sean capacitados para atender a la gente con respeto”.
Hasta que los trabajadores de impartir justicia, en todos sus niveles, no reciban cursos de actualización y capacitación, no habrá en Colima y el país un verdadero avance en esta materia, se seguirán cometiendo irregularidades y la gente seguirá pagando las consecuencias, agrega Naranjo Cortés.
Se siguen cometiendo las mismas injusticias y violaciones a los derechos de las personas como se hacía hace varios años atrás, como si realmente no hubiera avances, agrega al recordar que en junio Efrén Reynaga Flores fue golpeado por policías estatales por haber estacionado su auto en un lugar indebido. Los agentes le dejaron al ciudadano secuelas de golpes en la cara, piernas y espalda, además le tumbaron seis dientes.
“Se debió de haber aprendido a no cometer actos indebidos contra las personas, pero parece que las cosas siguen igual”, subraya el activista al urgir que se capacite a los funcionarios de los diferentes poderes, particularmente al Judicial, sobre cómo darles un trato humano a las personas.
“Siento que esta lucha por proteger la dignidad de las personas es la mejor causa pero es muy recurrente, porque en casos tradicionales de derechos civiles que tiene que ver con la justicia, procuración de justicia, con la seguridad, el derecho a la libertad, etc., se supone que ya deberían estar superados por nuestro gobierno y no maltratar a la gente; pero desgraciadamente prevalece la ilegalidad, incluso entre los jueces”, concluye el representante del CDHNG.

 

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