**En contra de los intereses de los mexicanos, este primer año el gobierno federal ha respondido a los compromisos que tiene con la oligarquía en el país, lamenta el presidente estatal del movimiento, Vladimir Parra **En los próximos años aumentará el descontento social, adelanta.
Colima, México, Avanzada (02 de diciembre de 2013).- Con el trabajo negativo que ha realizado el gobierno de Enrique Peña Nieto este primer año, en donde la economía está estancada, la inseguridad ha crecido y la represión está a la orden del día, los próximos cinco años que le restan “no pintan nada bien”, advierte el dirigente estatal del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Vladimir Parra Barragán.
El priismo vuelve a darle la espalda al pueblo, anota al manifestar que la característica de los gobiernos del mexiquense ha sido cumplir con los compromisos que tiene con la ‘agenda de Washington’, con los intereses imperialistas, con la agenda del Banco Mundial, con inversionistas, con la política neoliberal, la oligarquía y los monopolios que lo llevaron al poder.
“Por eso el compromiso de entregar el petróleo, la soberanía nacional. El gobierno de Peña, junto con los partidos cómplices del Pacto con México que continúan promoviendo el neoliberalismo y pasando los costos al pueblo a través de reformas de ajustes estructural, han venido traicionando a la patria”, explica.
El líder izquierdista insiste en que las reformas impuestas por la administración federal (laboral, educativa, financiera y energética) son altos productores de conflicto, de descontento social en una sociedad que cada vez ha demostrado más su inconformidad con estos proyectos, eran necesarias sólo para el proyecto neoliberal, pero no para beneficiar a los mexicanos, asegura.
Ahí están por ejemplo las reformas a los artículos 27 y 28 constitucional para entregar los hidrocarburos y la renta petrolera que por más de 70 años ha sido la palanca del desarrollo y la soberanía de nuestro país, refiere Parra Barragán, “con ello ponen en entre dicho el derecho a una vida, a un trabajo digno, que ahora es un privilegio; el derecho a la vivienda, a la salud, a la educación, la alimentación; están siendo eliminados para beneficio de intereses privados y extranjeros”.
–¿Qué podemos esperar para los próximos cinco años? -se le cuestionó-.
–Más de esto. Yo creo que si en pocos meses se ha comprometido con esto, y a espaldas del pueblo, esperamos una inconformidad de la gente, un desgaste rápido de un gobierno que no tiene legitimidad, desde antes de las elecciones (…) Esperamos un descontento social muy alto y un gobierno autoritario, represor, intolerante, que tiene muy claro que sus intereses son diferentes a los del pueblo, por eso tratan de privatizar todo.
“Un México más lastimado, donde las playas ya no son de nosotros, donde estamos perdiendo el territorio, donde han avanzado en la cuestión de los transgénicos, donde hemos perdido derechos laborales, hay un retroceso al autoritarismo por la reforma al IFAI.
Además, subraya el dirigente de Morena Colima, se puede hablar de un Estado fallido en el caso de Michoacán, “este año se ha marginado a los sectores, a los maestros, por ejemplo, se ha encarecido la vida, existe una gran inseguridad”.
Este primer año de gobierno no se logró ni el crecimiento prometido, ni la creación de empleos ofrecida, ni –mucho menos– la mejoría en el bienestar de la sociedad, que con tanto ánimo aseguraba Peña Nieto que se obtendría apenas llegara él al mando del país.
Por el contrario, la violencia se incrementó. En el primer año de Peña Nieto hubo más muertes violentas que con Felipe Calderón. Al menos dos personas fueron asesinadas cada hora en el país a partir del 1 de diciembre pasado, confirmó el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP). Según el organismo, en la presente administración las Procuradurías y fiscalías del país han iniciado 17 mil 46 averiguaciones previas por homicidios dolosos registrados en las 31 entidades y la Ciudad de México. Este registro rebasa lo reportado de diciembre de 2006 a octubre de 2007, justo en el primer año del gobierno del panista Felipe Calderón, cuando se perpetraron 9 mil 551 homicidios dolosos.