Colima, México. Avanzada (10 enero de 2014).- En diciembre del año pasado el Consejo Político Estatal del PRI determinó que seleccionará a su candidato a gobernador para 2015 tomando en cuenta la “rentabilidad electoral”; al respecto, el director de Consultores en Administración y Políticas Públicas (Capp), Abel Palomera Meza, precisó que ese procedimiento es prácticamente un arma de doble filo, puesto que al mismo tiempo que puede funcionar como estrategia, también existe la posibilidad de que tal “rentabilidad electoral” sea un producto fabricado que no tendría correspondiente con la realidad.

Explicó que el proceso para llegar a conocer la llamada “Rentabilidad electoral” es principalmente a través de encuestas que se harían entre los colimenses a los que se les preguntaría, por ejemplo, de un número dado de personalidades políticas, cuál sería su favorito o por cuál de todos votaría si la elección fuese en ese momento. La rentabilidad electoral correspondería al más votado.

El problema consiste en que si bien las encuestas son una buena herramienta para medir la percepción de la gente en un momento específico, al día siguiente aquella pueda cambiar radicalmente, de tal manera que día con día los resultados pueden variar completamente.

“Cuando encuestas a alguien dependerás de su estado de ánimo, condiciones económicas, sociales o incluso si se acaba de levantar, prácticamente de un sinnúmero de variables que no se pueden controlar y por tanto es peligroso basarse solamente en la rentabilidad electoral”, sostuvo.

Así mismo, es posible que el resultado de la encuesta sea un efecto de la publicidad pagada por cualquier personaje político a un medio de comunicación que estaría constantemente publicándolo, de manera que la persona encuestada responderá según lo que más recuerde, “pero eso puede ser muy diferente a lo que suceda el día de la elección”.

También es sabido, dijo, que cualquier aspirante puede contratar a una empresa especializada en imagen pública, que se encargaría de decirle cómo posicionarse para ganar, en detalles tan aparentemente mínimos como el modo de hablar, vestir o conducirse: “Las empresas de consultoría son muy inteligentes, lo hacen todo el tiempo”. 

Con este método es factible construir un producto de mercadotecnia política y ofrecer a la gente un candidato que estaría totalmente vinculado con lo que los ciudadanos quieren, desean o imaginan respecto a cómo sería su gobernante, “pero al final sería todo falso”.

No obstante, Abel Palomera Meza afirma que sí es relevante que se piense en la rentabilidad  electoral para elegir a un candidato, porque “se está vinculando básicamente el propósito central de un partido político, que es permitir que los ciudadanos accedan al poder público y le abona al electorado porque el propósito es darle a la gente lo que quiere”.

En ese sentido rompe con la tradición del “dedazo”, cuando por intereses de poder en los partidos imponían al candidato, “y la gente seguía fiel a ciertos beneficios de los partidos y continuaba votando, pero no era lo que realmente quería”.  

Pero de nueva cuenta insistió en que la “rentabilidad electoral” tendría que utilizarse con cuidado, toda vez que los partidos políticos podrían dejar de lado todos aquellos asuntos que tienen que ver con cómo organizar una campaña, cómo ganar una elección.

 

 

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