** Mario Anguiano ha aglutinado bajo su liderazgo al priismo local por una cuestión de lealtad institucional y de proyecto político, “pero el descontento nunca desapareció, mucho menos cuando al llegar al gobierno Mario echa mano de Zurrosa y Orozco como sus principales brazos operativos”, sostiene el representante de ‘Laboratorio Sociopolítico’, Héctor Gutiérrez, al recordar el distanciamiento del priismo nacional con el local.

 

Colima, México (4 de febrero de 2014).- A más de cuatro años de gobierno, el llamado “primer priista de la entidad”, Mario Anguiano Moreno, es cobijado por la estructura de su partido, aunque aún existen distanciamientos entre diferentes militantes, funcionarios de partido y hasta funcionarios públicos del tricolor.  

 

Durante la administración de Jesús Silverio Cavazos Ceballos se veía públicamente que cuando alguien emitía algún comentario adverso, varios actores salían a defenderlo. En su momento lo hizo la entonces presidenta del PRI, Itzel Ríos de la Mora; los alcaldes municipales del tricolor, legisladores del mismo partido, funcionarios de su administración, etc. Sin embargo, pareciera que ahora nadie “defiende” a Mario Anguiano, únicamente la Dirección de Comunicación Social de su gobierno emite boletines con declaraciones de algunos personajes a su favor.

 

Para Héctor Gutiérrez Magaña, representante de la organización ‘Laboratorio Sociopolítico’, hay que recordar cómo es que el expresidente capitalino accedió a la candidatura a gobernador, en un contexto de recomposición de los grupos del poder que no había terminado de institucionalizarse después de la muerte de Gustavo Vázquez Montes (+) y el ascenso inesperado de Silverio Cavazos Ceballos (+) a la gubernatura. 

 

“De forma muy general podemos recordar una pugna entre grupos cercanos al PRI nacional y un coto de poder local que se había consolidado alrededor del liderazgo de Silverio, el cual libró una dura batalla para hacer efectiva la propuesta de Mario Anguiano como candidato”, expone el politólogo.

 

Manifiesta que uno de los problemas es que un grueso del priismo colimense no reconocía en el tinajense un grupo con trayectoria dentro de este instituto político, y de hecho se cuestionaba su relación con figuras como Óscar Zurroza o Jesús Orozco Alfaro, quienes han transitado por otros partidos, “recordemos que en el PRI la lealtad pesa, pues tradicionalmente los cargos públicos se asignan a través de una trayectoria meritocrática”.

 

Ya en la gubernatura, Mario Anguiano ha aglutinado bajo su liderazgo al priismo local por una cuestión de lealtad institucional y de proyecto político, “pero el descontento nunca desapareció, mucho menos cuando al llegar al gobierno Mario echa mano de Zurroza y Orozco como sus principales brazos operativos, abriendo espacios laborales y de proyección política a mucha gente que era vista como externa desde una visión de priismo local o de trayectoria local”.

 

A lo anterior hay que agregar que su candidatura implicó cierto distanciamiento del priismo nacional y grupos de poder relacionados con el famoso grupo Universidad y el mítico Fernando Moreno Peña, abunda Gutiérrez Magaña al cuestionar ¿En qué o quiénes iba a asentar Mario su piso de poder y legitimidad? 

 

Otra cuestión tiene que ver con una visión tecnocrática de los perfiles políticos y los funcionarios públicos que Mario ha incorporado durante su mandato, añade, “un perfil que no cuenta con un gran arraigo en Colima porque tenemos un sistema político tradicional que responde más a las redes de control corporativo que a la profesionalización de tareas. Esta es otra ruptura”.

 

COLIMA ESTANCADO

 

Entre el mismo priismo colimense se critica la administración de Mario Anguiano, dice el representante de Laboratorio Sociopolítico al subrayar que es claro el poco avance del estado en distintos sectores, “sobre todo comparado con administraciones idealizadas como la gran modernización de Moreno Peña o el añorado carisma de Gustavo Vázquez”, sin embargo el estancamiento que vive la entidad es una inercia de un modelo de desarrollo que hoy nos muestra su realidad: la generación de pobreza, el detrimento del nivel de vida y la emergencia de problemas que hace 10 ó 20 años no podían observarse porque la urbanización y la gran industria apenas iniciaban su marcha, a esto habrá que agregar el desastre financiero que dejó Silverio Cavazos y una situación nacional de descomposición social y política.

 

Mario Anguiano no está solo, advierte, tampoco es que lo hayan traicionado, “pues pareciera que los compromisos con los que inicia su administración son de él hacia ciertos personajes y no una cuestión recíproca entre fuerzas políticas cristalizadas en un consenso. Si hoy vemos que probablemente su partido no le da el respaldo que observábamos con otros gobernadores es una consecuencia directa de la opción que él tomó por respaldarse en un grupo de poder que no tenía mayor proyecto más que llegar a –como se dice vulgarmente- tomar el poder”.

 

Sin embargo cuando el actual gobernador convoca a una marcha para respaldar al presidente Peña Nieto y su reforma energética, todos los sectores se movilizan, explaya Héctor Gutiérrez Magaña, o cuando viene la aprobación de las cuentas públicas el Congreso se llena de simpatizantes, y cuando a alguien se le ocurre emitir una opinión punzante “los corazones priistas salen a defenderlo”.

 

Es decir, explica, “hay un apoyo y lealtad a una estructura política y burocrática que Mario representa y por eso seguirá contando con el aval y el apoyo de diputados, presidentes municipales, funcionarios y otros priistas en puestos clave, pero este apoyo es porque él representa a una estructura y no necesariamente a su proyecto y a su liderazgo”.

 

Pese a la falta de respaldo aparente hay una tendencia a que el escenario se recomponga, adelanta el analista político, “viene la etapa de definición de candidatos frente a las elecciones de 2015, y si la inercia continúa, es el gobernador quien determinará condiciones, y quizás los nombres y perfiles de quiénes serán los candidatos; y ahí todos necesitan quedar bien, aunque por debajo del agua trabajen en la construcción de proyectos antagónicos dentro del mismo partido”.

 

 

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