El presidente ruso, Vladimir Putin, pidió este sábado al Parlamento que apruebe el envío de tropas a Ucrania, donde las fuerzas prorrusas intensificaron su demostración de fuerza en Crimea y otras regiones del este del país.
“Debido a la situación extraordinaria en Ucrania y a la amenaza que pesa sobre la vida de los ciudadanos rusos, de nuestros compatriotas, de las fuerzas armadas rusas desplegadas en Ucrania”, Putin pidió a la cámara alta que autorice “el recurso a las fuerzas armadas rusas en el territorio de Ucrania, hasta la normalización de la situación política en este país”, informó el Kremlin.
La cámara ya empezó a debatir la solicitud, y bastará con su aprobación para que el texto sea efectivo.
La presidenta del Senado ruso, Valentina Matvienko, especificó que Moscú podría enviar “un contingente limitado” de soldados a Crimea “para garantizar la seguridad de la flota del Mar Negro y de los ciudadanos rusos”.
Previamente, el nuevo primer ministro de Crimea, Serguii Axionov, que Kiev considera ilegítimo, solicitó la ayuda de Putin para restaurar “la paz y la calma” en la península rusófona, donde Moscú tiene amarrada su flota del Mar Negro.
El ministro interino de Defensa de Ucrania, Igor Teniuj, había acusado a Rusia este sábado por la mañana de haber aumentado ya “en 6.000 hombres” sus tropas en Crimea.
Según el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, Rusia está intentando en Crimea la misma estrategia aplicada en 2008 en la región georgiana separatista prorrusa de Osetia del Sur.
Tras una guerra relámpago de cinco días contra las fuerzas de Tiflis, Moscú terminó por reconocer la soberanía de este territorio, donde el gobierno de Georgia no tiene autoridad.
Yatseniuk dijo no obstante que Ucrania no va a responder por la fuerza a la “provocación” que supone “la presencia inadecuada de militares rusos en Crimea”.
Con su flota del Mar Negro, Rusia tiene derecho a desplazar tropas en el territorio de la península. Sin embargo, debe informar a las autoridades ucranianas 72 horas antes, un requisito que ahora no se cumplió, según el canciller ucraniano Andri Deshtshitsa.
Las autoridades de Crimea adelantaron por otro lado al 30 marzo la fecha del referéndum por una mayor autonomía de este territorio. Inicialmente, la cita estaba prevista el 25 de mayo, coincidiendo con la presidencial ucraniana.
Desde hace más de tres meses, Ucrania está siendo escenario de un pulso entre Occidente y Rusia, que ha dejado al descubierto las diferencias culturales entre el oeste, nacionalista y proeuropeo, y el sur y el este, donde la lengua rusa es mayoritaria.
Dicha división es especialmente aguda en la península de Crimea, que desde hace casi 250 años alberga una flota rusa, y que el dirigente soviético Nikita Jruschev regaló a Ucrania en 1954.
– Las fuerzas prorrusas sacan músculo –
Desde el jueves, hombres armados y uniformados, aunque sin distintivos, tomaron el control de varios puntos estratégicos en Crimea.
Actualmente controlan los aeropuertos de Simferopol, Sebastopol, y Kirovske. En el centro de Simferopol izaron la bandera rusa en varios edificios oficiales.
Un periodista de la AFP pudo ver a decenas de ellos, encapuchados, patrullando este sábado en el centro de Simferopol, y posicionados junto al Parlamento de Crimea, en esta misma ciudad, donde instalaron dos ametralladoras en posición defensiva.
Por otro lado, unos 300 hombres que decían haber sido enviados por el ministro ruso de Defensa asediaban este sábado la sede de los guardacostas ucranianos en Sebastopol.
Las tensiones separatistas en Crimea amenazan con extenderse a otras regiones del país.
Más de 10.000 personas se manifestaron este sábado en Donetsk, en el este del país y feudo de Yanukovich, contra las nuevas autoridades proeuropeas de Kiev. En la concentración pudieron verse numerosas banderas rusas.
En Jarkiv, también en el este de Ucrania, decenas de personas resultaron heridas cuando una manifestación de 20.000 prorrusos derivó en un asalto al edificio de la administración regional, donde al parecer se han atrincherado los partidarios de las nuevas autoridades proeuropeas.
Moscú hizo valer también el arma económica. El grupo público Gazprom advirtió al nuevo gobierno que Kiev ha acumulado una deuda “enorme” de 1.549 millones de dólares con Rusia por el impago del suministro de gas.
– Obama preocupado –
El presidente norteamericano, Barack Obama, advirtió sin nombrar a Rusia que “cualquier intervención militar en Ucrania tendrá su coste”.
“Estamos muy preocupados por las informaciones sobre movimientos militares de la Federación Rusa dentro de Ucrania”, dijo Obama a la prensa en la Casa Blanca.
Un alto responsable estadounidense dijo a la AFP que Obama y algunos líderes europeos podrían boicotear la cumbre del G8 prevista en la ciudad rusa de Sochi (sur) en junio.
Del lado de Francia, el ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, se mostró preocupado por las informaciones acerca de “movimientos significativos de fuerzas armadas” en Crimea, y el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, afirmó que “debe respetarse la integridad territorial de Ucrania”.
La canciller alemana, Angela Merkel, se mostró también inquieta y subrayó la importancia de preservar la integridad territorial de Ucrania.
El ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague, viajará el domingo a Kiev y ete sábado habló con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, al que pidió que se baje la tensión en Crimea y se respete la soberanía de Ucrania.