Hace varios años, en un Congreso Nacional del PRD, dentro de lo mucho que se discute en este partido (lo cual es sano) se abordaba el tema, del porqué en lo que se refiere a las preferencias electorales teníamos altas y bajas en los porcentajes obtenidos de una elección a otra. Claro está que los factores son muchos y variados, pero alguien tocaba el asunto de que la percepción de la gente era que somos un partido que nos oponemos a todo y a nada, que no éramos un partido de propuesta, que nos gustaba alegar y oponernos y de ahí no pasábamos.
Se comentó que somos un partido de izquierda y que por supuesto que nos oponíamos a una gran cantidad de propuestas emanadas de los gobiernos derechistas (priistas y panistas) sobre todo aquellas que iban en detrimento de la economía del país, de la población. Alguien más dijo que teníamos que dar ya el siguiente paso y convertirnos en un partido de propuesta, y que cuando nos opongamos a una iniciativa de los otros partidos o del gobierno, es porque ya tenemos una propuesta alternativa, una que vaya de acuerdo a la visión de los que representamos o pretendemos representar, tratando de recoger los postulados, los principios, el programa en el que se sustenta este instituto político.
Teníamos hasta chistes de la gente en ese tema, decían que cuando un perredista se desmayaba, en lugar de volver en “SI” volvía en “NO”. Desde hace ya varios años, el PRD tiene para todos los temas propuesta alternativa y lo ha demostrado en los hechos en muchas de las ocasiones. Ahora con la tan sonada, cacareada y por demás mencionada propuesta de reforma energética de EPN, en días pasados, en voz del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, el PRD ha presentado una propuesta.
Se ha dicho, de manera inmediata, que algunos de los aspectos que contempla dicho documento no pueden ser aplicables en este momento, ya que hay que mencionar, de la mano de lo energético viene lo hacendario. Yo esperaría de los legisladores una amplia y madura discusión, sería lamentable que tengan que, algunos de ellos, obedecer a los tiempos y mandatos del otro Poder, es decir de EPN, dejando de lado la auténtica División de Poderes. Me queda claro que lo más probable es que se saldrán con la suya al igual que le han hecho en otras ocasiones y para no ir muy lejos ahí está la reforma a la Ley del ISSSTE en el renglón de pensiones y jubilaciones y ahorita las Leyes Secundarias de la reforma educativa.
Pasando a otras cosas de nuestro sistema, peores también. Mucho se ha hablado que nuestra ciudad capital tiene demasiadas deficiencias en lo que se refiere a planeación de crecimiento, a esto hay que agregarle que se ha ido convirtiendo en una enorme loza de concreto y asfalto, lo que además de hacerla muy caliente, a la hora de fuertes lluvias, las calles se convierten en verdaderos ríos y con estancamientos en las partes bajas.
Eso es lo que se ve cada año cuando en la parte norte caen lluvias fuertes y o prolongadas. El jueves pasado lo pudios ver, los pocos drenajes pluviales que se tienen no son suficientes, generan verdaderos problemas de tránsito, deslaves de las pocas arterias empedradas, encharcamientos y se ha puesto en riesgo la vida de algunos conductores que quedaron atrapados dentro de sus vehículos presas del pánico. Se supo de gentes que salieron de algunos negocios cercanos al cruce de la avenida Tecnológico y Venustiano Carranza para auxiliar a mujeres que veían con angustia como su auto era arrastrado por la corriente como quien intenta cruzar un río de aguas fuertes.
Los gobiernos municipales de la zona conurbada, de forma coordinada con el estatal y federal, debieran tomar las cosas en serio y hacer lo conducente para que este problema no se esté presentando en cada temporada y la gente se quite el temor de andar por las calles cuando existe la amenaza de una buena tormenta, eso hace que al empezar un evento de este tipo, los conductores intentan llegar a su destino lo más rápido posible, lo cual también crea un peligro porque todos lo hacemos con poca precaución por las prisas, aumentando así las posibilidades de accidentes viales. Solo falta que los gobernantes salgan con la barbaridad, como alguien en su momento lo dijo, que esas obras que van por debajo de la tierra ni se ven, por lo tanto no conviene hacerlas porque la gente no las ve y al paso de los meses ni se van a acordar quien las hizo por no estar a la vista.
Esperemos que los gobiernos de estos niveles, con un equipo de gente que le sepa al tema hagan un estudio y gestionen el presupuesto necesario para realizar estas obras, que aunque no se vean y no lleven la placa con el nombre del funcionario equis, si se les va a recordar por la importancia que tienen. La gente eso espera.
Hasta la próxima en más cosas de nuestro sistema.
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