Colima, México (03 octubre 2013) .- Ignacio Peralta promovió en su gestión como alcalde de Colima en el sexenio pasado la idea de la metropolización, a fin de que se unieran cinco municipios en una zona metropolitana para ofrecer servicios públicos como una sola entidad, igual al modelo estadounidense para crear megaciudades, tales como California, la Ciudad de México o Guadalajara.
A propósito, la empresa Consultores en Administración y Políticas Públicas elaboró el breviario “El Fenómeno de Metropolización en el Estado de Colima” y encontraron que se trata de un planteamiento erróneo para el estado y para el caso destacan el modelo europeo, donde las ciudades no pasan de 200 mil habitantes, de manera que conservan su identidad, su capacidad económica y dinámica de vida en general.
El director de Capp, Abel Palomera, asegura que el breviario explica los dos modelos citados y detalla que a futuro no deberían añadirse Coquimatlán, Cuauhtémoc y Comala a la ciudad conurbada de Colima y Villa de Álvarez porque se rompería la dinámica de los municipios y surgiría una ciudad “inviable, donde nada funciona”, que igualaría lo que sucede en ciudades como Puebla, Querétaro, Monterrey, Distrito Federal o Guadalajara, cuyos modelos “ya se sabe que no funcionan”.
Explica que, por ejemplo, en Guadalajara hay empleos de salarios bajos y las personas deben recorrer distancias muy largas para llegar a trabajar, se conforman con casas muy pequeñas y los índices delictivos son extremadamente altos.
Ignacio Peralta planteó su idea motivado por el dinero  que la federación enviaba a través del Fondo de Metropolización, un programa encaminado a consolidar las ciudades metropolitanas y en ese entonces la ciudad de Colima era de las que más recursos recibía. Existe, aseguró Abel Palomera, un fondo por parte de los cinco municipios del norte del estado, cuyo objetivo es que éstos compartan servicios como recolección de basura, agua potable, de vías de comunicación y transporte.
El resultado sería que pueblos como Comala se convertirían en colonias de una metrópoli que borraría sus rasgos de identidad y los problemas de un municipio se transferirían a todos.
En contraste, mencionó el modelo inteligente, de crecimiento vertical; es decir que no se extiende en el territorio acabando con las zonas rurales, donde se producen los alimentos. Las ciudades son compactas. Los recorridos para ir al trabajo o a la escuela son cortos y no es necesario construir enormes vialidades que cuestan dinero tanto para crearlas como para su mantenimiento.
El gobierno federal impulsó el modelo de metropolización, expone Abel Palomera,  porque permite un crecimiento económico a corto plazo y, una vez consolidadas, estas megaciudades pueden participar en la economía mundial, debido a que cuentan con enormes capacidades industriales o de servicios; sin embargo esta concentración en lo económico no desarrolla la sostenibilidad. A pesar de que la economía crece, la desigualdad social también.

NO DEBERÍA CRECER MÁS LA ZONA CONURBADA COLIMA-VILLA DEÁLVAREZ
En Colima hay dos zonas metropolitanas: las conformadas por Tecomán y Armería en el sur, y por Colima y Villa de Álvarez en el norte. El fenómeno de esas ciudades ocurrió en un lapso de formación que apenas abarca 10 años, es decir que fue “exageradamente rápida” y se caracteriza por consumir las zonas rurales. El efecto es que ahora es necesario llevar servicios públicos a todas esas extensiones que están lejanas y que están pagando los habitantes actuales.
Una de las conclusiones de Capp es que ya debería detenerse el crecimiento de la zona conurbada de Colima y Villa de Álvarez. Abel Palomera expone que aunque no tiene los niveles de Guadalajara y Ciudad de México, es notorio que en esta zona los costos de transportación y movilidad así como la complejidad para andar en la ciudad son muy altos.  “Estamos haciendo distancias largas para hacer una sola actividad en el día, dícese llevar los niños a la escuela. No lo estamos llevando a nuestra colonia sino al otro lado de la ciudad. Ir a trabajar, estamos yendo al otro lado de la ciudad”.
Por ello tendría que limitarse ya el crecimiento expansionista de la ciudad porque, “nos estamos comiendo las zonas rurales aun cuando se sabe que en el centro de la ciudad hay muchos lotes vacíos y casas sin usarse”. Tendría que fomentarse, dijo, el crecimiento vertical aunque la zona de Colima sea de alta sismicidad, puesto que en el Distrito Federal pasa lo mismo y su crecimiento es hacia arriba.
La revisión del impuesto predial es otra de las conclusiones. Sus efectos son importantes, a tal grado que lo que se cobra por metros de construcción, uso de suelo o lujos termina dando incentivos “perversos”  en cómo se construye y se urbaniza, pues sale mucho más barato construir en las afueras que en el centro, y además las construcciones cada vez más son de menor calidad. “cobran muchísimo por obras de hormigón, entonces la gente opta por materiales de baja calidad, cuando antes las edificaciones estaban pensadas para 100 años, ahora duran apenas 20 años”.

MODELO DE CIUDADES CON ADMINISTRADORES Y ALCALDES
En las condiciones que actualmente están dadas en la ciudades de Colima y Villa de Álvarez es probable, propone el director de Capp, que se introduzca el tema de administración de ciudad, en el que además de los presidentes municipales, síndicos y regidores hay un administrador, a fin de separar las funciones de gobierno (para todo el municipio) de las cuestiones técnicas que tienen que ver con la eficiencia y eficacia de los servicios públicos de las ciudades.
Esto, explica, en función de la complejidad creciente de las ciudades. De manera que no sería la misma persona la encargada de resolver los problemas de gobierno en general y lo exclusivamente técnico. Para ello el administrador dependería del alcalde y no podría participar en cuestiones políticas ni de elecciones.

Para consultar el breviario visite: http://www.tiendacapp.com/

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