**Los mismos menores se contactan a través de las redes sociales para fumar la droga **Padres de familia han tenido que cambiar a sus hijos de las escuelas **”En todas las secundarias hay droga”, denuncia trabajador social.  

Colima, México (1 de noviembre de 2013).- El señor Memo tuvo que cambiar de escuela a su hijo de 12 años porque descubrió que fumaba marihuana con su novia y otros menores de edad. Eran ellos mismos los que abastecían a otros alumnos, incluso de otras secundarias del estado. Más aún, el padre de familia se enteró que uno de los adolescentes obtenía la marihuana del rancho de su padre.
El problema se volvió a presentar esta semana, revela Memo —a quien llamaremos así por seguridad de su familia—, “me dijeron unos padres de familia que sigue el problema en la federal, continúan distribuyendo y regalando marihuana a los chiquillos”, sostiene al referirse a la secundaria Enrique Corona Morfín, aunque aclara que no es la única, ya que un trabajador social le confirmó que esto se da en todas las escuelas.

‘CÉLULAS’

Todo empezó hace varios meses atrás, cuando el padre de familia entrevistado por Avanzada se percató del incidente. Fue su hija mayor la que descubrió que su hijo estaba drogándose al encontrar su Facebook abierto, ya que en él aparecían conversaciones con otros niños que hablaban de la droga.
Indica que en los diálogos con menores de la Corona Morfín y otras secundarias, resaltaban el término “purple”, que es un tipo de marihuana que está llamando la atención de los alumnos.
Tras descubrir que su hijo había consumido la droga, Memo habló con su esposa y posteriormente ambos lo hicieron con su hijo, a quien le hicieron una prueba antidopaje que salió positiva, por lo que optaron por cambiarlo de escuela, en donde afortunadamente ya no consume marihuana porque periódicamente le hacen estudios y salen negativos.
Recuerda que cuando revisó las conversaciones del Facebook de su hijo se dio cuenta que todos los jóvenes se comunicaban por esta red social e incluso se quedaban de ver en algunos lugares para fumar, “son como tipos células de adolescentes de 12, 13 años”.
“Cuando yo revisé todas estas pláticas empecé a ver quiénes eran los menores, y entre ellos había incluso mujeres, como varias células, y busqué a sus padres. Yo me asusté y pensé en alertarlos”. Así, Memo se dio a la tarea de platicar con los padres de algunos niños que hablaban con sus hijos de marihuana y se percató de que muchos viven en familias disfuncionales.
Sin embargo, advierte que este problema ocurre en todo tipo de familia, ya que la suya es muy unida, deportista y con buenas costumbres, pero a pesar de eso su hijo se vio atraído, “tal vez por curiosidad” y cayó en esta situación meses atrás.
También habló con la madre de la novia, una niña de su misma edad, de 12 años, “porque en una conversación decía que había consumido marihuana con ella. Me di cuenta que había problemas intrafamiliares y me dijo que su hija ya había tenido problemas con eso y por eso la había sacado de la Reyes Heroles”.
De igual forma conversó con otro alumno de tercer año de secundaria que les regalaba la droga y lo interrogó, a lo que contestó: “no, es que yo voy al Mezcalito y ahí me la regalan, y acá los de la Piedra Lisa también, se las regalan para engancharlas.

ALERTA

Lo que más le preocupa a Memo, es que descubrió que uno de los menores amigo de su hijo dijo que él les llevaba la droga del rancho de su padre, por lo que prefirió no meterse más en el tema y cambió a su hijo de escuela.
“Todos los niños están comunicados, no importa que estén en diferentes escuelas, se comunican”, describe gráficamente en una hoja de papel el padre denunciante al dibujar toda una red que existe entre las secundarias, en donde también operan otros adolescentes de mayor edad que les regalan drogas “para engancharlos”.
Menciona que conoce de casos en la secundaria Enrique Corona Morfín y la Reyes Heroles, pero el problema se está presentando en todas, “un amigo que es trabajador social en una secundaria me dijo: ‘mira, la verdad en todas las secundarias hay droga, uno está al pendiente y cuando detectas al niño ves el caso’, incluso en una escuela acaban de correr a uno por ese problema”.
Cuestionado sobre si las autoridades escolares y educativas están enteradas, responde que al parecer “se hacen de la vista gorda” porque no quieren que se conozca el problema para no hacer un escándalo, pero considera que es importante que tomen cartas en el asunto.
Además, con la intención de evitar que se siga dando esta amenazante situación, Memo propone realizar reuniones con padres de familia para que se enteren de lo que está sucediendo y conocer los efectos de esta droga para ver que sus hijos no estén cayendo en este problema. También sugiere que regresen los operativos mochila.
“Están a tiempo las autoridades de ver qué onda con los chavos y que el problema se elimine y no pase a mayores”, concluye.

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