Colima, México. Avanzada (04 de diciembre 2013).- En diciembre el riesgo de quemaduras en los niños se incrementa por la venta de productos pirotécnicos, porque se ponen al alcance de los menores de edad, de manera que las autoridades deberán intensificar la supervisión de los mismos.
Así lo consideró la delegada en el estado de Colima de la Fundación Michou y Mau, Laura Salazar Ochoa, quien indicó que así sea un solo el puesto de venta de pirotecnia el que se instale en la ciudad o en las afueras, genera un riesgo por la concentración de una importante cantidad de pólvora.
“Para nosotros sería mucho mejor que no se permitiera la venta de este producto, que fuera muy controlada si se hace, como la de los eventos especiales y que la manejaran personas capacitadas y autorizadas para eso, pero desgraciadamente no se ha podido”.
Agregó: “Yo le pido a las autoridades, sobre todo, que estén muy al pendiente de las reglas de seguridad que se tienen que tener en el manejo de la pólvora”, tal es el caso de contar con lo necesario para el caso de un incidente, como lo es un extintor, agua, arena para sofocar alguna explosión y además que las personas que venden estos productos no lo hagan a niños.
No obstante, reconoció que “muchas veces las autoridades no se dan abasto” para atender esta problemática, ya que los vendedores no siempre hacen lo que se les recomienda y no hay personal suficiente para estar vigilando que se cumpla con las normas de seguridad.
En cuanto al papel de los padres de familia en esta situación, Salazar Ochoa señaló que es necesario concientizarlos de que la pólvora no es un juguete, no es algo con lo que los niños deban jugar:
“Es necesario que hagan mucha conciencia de que le están permitiendo a sus hijos jugar con un arma mortal, aunque suene muy fuerte es así, porque el niño puede perder una parte de su cuerpo y perder la vida, son muchas las consecuencias muy graves que pueden ocurrir si a un niño se le permite jugar con pólvora”.
El riesgo inicia, dijo, desde el momento en que están utilizando fuego para encender este tipo de cuetitos y segundo, el utilizar en sí la pólvora que eso ya es peligroso, “los cuetitos más chiquititos que son como bolitas, que las avientan al suelo y truenan, con la fricción del pantalón, provocarían quemaduras muy graves a los niños”.
Laura Salazar Ochoa concluyó en que es el mes de diciembre, la época del año en donde más incidentes se presentan, no solo por la venta, sino también por la elaboración del producto que a nivel nacional tantas tragedias ha ocasionado.

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