**Todos los presidentes municipales en el estado, menos el de Colima, Federico Rangel, le están haciendo frente a la violencia, sostiene Mario García Solórzano; el alcalde capitalino se lava las manos y “le deja todo al gobernador, ‘que papá gobernador me resuelva el problema porque yo no puedo'”.
Colima, México (4 de febrero de 2014).- Apenas esta mañana fue baleado un hombre en la colonia Viveros al Sur de la ciudad capital, este acontecimiento se suma a los cientos de actos de violencia que se han dado en Colima, entre los que destacan asesinatos, robos a negocios y casa habitación y muerte de empresarios que toda la vida han estado en Colima, pondera el representante de la sociedad civil, Mario García Solórzano.
Esta ola de violencia que no para es porque no hay seguridad en Colima, sostiene el también presidente del Colegio de Abogados Penalistas en el Estado, “la seguridad que debe prestar el municipio no la presta, y se escudan en tonterías e infantilismos como que “es que no me corresponde a mí”, “es que le corresponde al estado”, sólo se lavan las manos y no le hacen frente al problema, cuando es su responsabilidad”.
“El presidente municipal Federico Rangel también es responsable de la seguridad pública y se ha negado a implementar las medidas necesarias para que haya seguridad”, lamenta al mencionar que el Ayuntamiento de Colima debe de abocarse a la creación de la policía municipal y a la formación de la policía vial.
Considera que el alcalde debe de tomar las riendas de la seguridad pública en el municipio y dejar a la Policía Estatal Preventiva, a la Policía Estatal Acreditable y a otras corporaciones policiacas que se hagan cargo de la seguridad del estado, “porque la policía estatal no tiene capacidad en estos momentos para cuidar la capital y el estado mismo, entonces creo que el presidente lo que debe de hacer es poner mayor atención y crear un cuerpo de seguridad pública”.
García Solórzano anota que todos los presidentes municipales en la entidad están viendo por la seguridad de sus municipios, cita el caso de la presidenta de Cuauhtémoc, Indira Vizcaíno, quien con recursos propios enfrenta la violencia que pueda presentarse porque ella no tiene recursos del Subsemun (Subsidio para la Seguridad en los Municipios).
Caso contrario, reflexiona, el Ayuntamiento de Colima sí los tiene pero no se ve en dónde están, “¿A dónde se van? -cuestiona el penalista-, que respondan congruentemente porque no hay policías y sin embargo bajan recursos para ello”.
Mientras tanto, el presidente de Villa de Álvarez, Enrique Rojas, está incrementando la planta laboral, hay más patrullas y elementos; lo mismo el de Manzanillo, Virgilio Mendoza, quien “ha incrementado la seguridad pública. Todos los presidentes, menos el de Colima, Federico Rangel, están haciéndole frente a la violencia”.
Pero el alcalde capitalino se lava las manos, concluye, “le deja todo al gobernador, ‘que papá gobernador me resuelva el problema porque yo no puedo’. Si no puede, está a tiempo de que renuncie al cargo y que deje a personas que realmente trabajen”.