Colima, México (26 de febrero de 2014).- Posar para la foto al lado de los grupos vulnerables, abrazar a un adulto mayor, saludar a alguien con alguna discapacidad —sobre todo en un acto público—, suele ser una estrategia de los gobiernos para anunciar a la gente —aunque en los hechos sea diferente—; que está a favor de estos sectores y que trabaja de la mano con ellos y para ellos.

Estos hechos pueden considerarse en Psicología como “prostitución del amor”, que es cuando los funcionarios obtienen la atención, el apoyo de personas y aceptación a través de una imagen tierna, de comprensión y atención total a personas o grupos vulnerables, refiere el psicólogo Isaac Cortés Hernández.

Explica que aunque el término prostitución se basa en obtener algo a cambio por un favor sexual, en este caso se refiere a conseguir a través de expresar o simular afecto, atención o interés en torno a una persona o hecho. Además la persona que acepta tomarse la foto o propaganda comúnmente recibe algo a cambio, “por eso surge el término prostitución”; ya sea alguna promesa, una despensa u otra cosa con la que se sienta agradecida y comprometida a responder ese hecho. 

Este fenómeno es común entre los gobernantes, añade al trabajador de diferentes programas sociales en la entidad, “quienes se hacen publicidad con este tipo de situaciones, incluso reproduciendo una imagen constante que pueda penetrar en el cerebro y hacer creer que en ella encuentran a la persona sensible, aunque no sea del todo cierto”. 

“Los seres humanos creamos vínculos afectivos con nuestros inmediatos; es decir: pareja, esposo, esposa, familia y amigos; con personas que no conocemos su historia es difícil entenderlos o crear un vínculo”, subraya el psicólogo al ponderar que con las imágenes que difunden los funcionarios en prensa y otro tipo de publicidad, es común que no existe el vínculo y sea sólo algo momentáneo, “quizás sólo para posar para la foto”.  

 

EL INCONSCIENTE COLECTIVO

En Colima suele suceder este fenómeno. La administración de Mario Anguiano Moreno distribuye una fotografía abrazando a un adulto mayor, por ejemplo, y parte de la prensa, las dependencias de gobierno y algunos trabajadores —quienes se sienten comprometidos a responder por el salario que reciben del erario—, reproducen en redes sociales y otros sitios esa imagen. 

Una imagen por sí sola no se suele cuestionar, anota Cortés Hernández, “habla y se comunica. En un contexto que no profundiza más allá de lo que ve, o no da un seguimiento, es común ver políticos retratados con personas que evidentemente les falta más apoyo o se les debe algún recurso”. 

“Cualquier gobierno quiere en apariencia tener de aliado a su sociedad, entenderla, procurarla y estar a su lado, aunque ni la conozca y quiera conocer, es por eso que la mercadotecnia tiene un éxito en la sociedad y logra un inconsciente colectivo u objetivo”.

Aunque por ejemplo el gobernador Mario Anguiano se le ha visto abrazando a adultos mayores, sus hechos dicen lo contrario: El año pasado la administración estatal estuvo retrasando la entrega de pensiones alimenticias, afectando a más de 3 mil quinientos adultos mayores, en su mayoría con dificultades para sostenerse.  

En total, el gobierno del estado tiene etiquetados recursos para dar cada dos meses mil 840 pesos a 3 mil 474 adultos mayores, por lo que cada bimestre tiene que destinar más 6 millones 392 mil 160 pesos; tomando en cuenta que en octubre se les debían tres bimestres, alcanzó una duda para con ellos de más de 19 millones de pesos. Antes de que concluyera el año el dinero fue entregado, sin embargo durante varios meses los “viejitos” sufrieron la falta de recursos.

 

LÁGRIMAS DE COCODRILO

Otro ejemplo es el de El Teletón que realiza Televisa, en donde en muchas ocasiones se ha visto a la actriz Lucero llorar y abrazar a los niños con alguna discapacidad, cuando se conoce su falta de sensibilidad al cazar animales, que junto su carácter “arrebatado”, la hacen caer en la incongruencia y hacen dudar a la sociedad de la veracidad del “amor” que demuestra durante la emisión de estos programas.

La “prostitución del amor” está inserta en este tipo de programas, advierte el psicólogo, donde se lucra con imágenes que conmueven el corazón de la gente y logran que finalmente donen recursos para que, si bien la empresa televisora haga centros de atención, también deduzca millones de impuestos, logrando su objetivo; cuando incluso podría construirlos sólo con sus ganancias, sin necesidad de lucrar con la “magia” de la televisión y este sector de la población.

Las políticas públicas deben atender a grupos vulnerables, concluye Isaac Cortés Hernández, “pero no de una forma de publicidad. Deben ser constantes en su atención y objetivos. Cada vez la sociedad se da cuenta que gran parte de las imágenes, donativos y sonrisas bonitas son parte de un contrato. Pues pasa el tiempo o la fecha y todo se olvida, en cambio la imagen queda para el recuerdo”.

“La prostitución del amor, por así decirlo, no es negativa siempre y cuando haya un seguimiento, un interés por la sociedad, cuando se dé a conocer a dónde van o cómo llegaron esos recursos. Pero no cuando se “usa” a la gente para dar la imagen de un interés que en realidad no existe”. 

 

 

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