Mientras el PRI celebra exultante, la OCDE nos ubica en nuestra triste realidad:
Pleno de felicidad,
el dinosaurio festeja,
y mientras tanto nos deja,
hundidos y en… gravedad.
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Mientras el PRI celebra exultante, la OCDE nos ubica en nuestra triste realidad:
Pleno de felicidad,
el dinosaurio festeja,
y mientras tanto nos deja,
hundidos y en… gravedad.