Colima, México (22 de octubre de 2013).- A través de mecanismos de difusión mediáticos o políticos para legitimar y posicionar personajes, como la entrega de supuestos reconocimientos y premios; los gobernantes buscan disimular la falta de obra, resultados, fiscalización y transparencia, señala el doctorando en Ciencias Sociales y maestro en Historia, J. Jesús Jimenez Godínez.

El recibir galardones o aplausos es una constante entre los altos funcionarios en Colima. Entre muchos otros se puede contar el entregado en agosto pasado al alcalde capitalino Federico Rangel Lozano, quien obtuvo el galardón nacional a las mejores prácticas de gobierno en la categoría de Facilidad para Hacer Negocios, según la revista Alcaldes de México. Además, a pesar de ser de las ciudades más inseguras del país, Colima fue nombrada recientemente por la agrupación Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) como una de las ciudades con mejor calidad de vida. 

Jesús Jiménez considera que tanto los reconocimientos como los organismos o instituciones que los otorgan, deben tener algún sistema de arbitraje que garantice que tales premios o distinciones tienen una base metodológica; es decir, “que evalúan importantes  aportes a la función pública, a la obra pública, y que no son un recurso comercial que incluya una factura al gobierno o al personaje que se reconoce”. 

Lamentablemente, advierte, “el estimulo y reconocimiento científico de los méritos de la función pública no es una cultura muy arraigada en el sistema administrativo público mexicano, y menos en el colimense; lamentablemente, porque la fiscalización efectiva es el alma  que garantiza la calidad en una democracia que se jacte como tal. En México hay un notable déficit en fiscalización, por eso tenemos  tan deficientes niveles de calidad en los gobiernos”.

 

MECANISMOS PARA POSICIONAR

En julio de 2012, los integrantes de la Junta Coordinadora Empresarial del estado entregaron al gobernador Mario Anguiano Moreno un “reconocimiento especial”, por sus acciones realizadas para mejorar el ambiente empresarial y de negocios, fomentado el desarrollo económico y respondiendo ante los retos del crecimiento estatal en beneficio de los colimenses. Así lo dio a conocer un boletín de prensa, en donde el Gobierno de Colima señaló que los dirigentes empresariales agradecieron al mandatario estatal por el apoyo otorgado a los miembros de las distintas cámaras empresariales, con el propósito de que los colimenses alcancen una mejor calidad de vida.

En una sociedad  tan tradicionalista y digamos, “poco transparente”, anota en entrevista con Avanzada el analista político-social, se recurre a esos mecanismos de difusión mediáticos o políticos para  legitimar y posicionar personajes. Es también una práctica socorrida en ese sentido, y en Colima hay ejemplos, recuerda, “como los últimos en que se han entregado reconocimientos a gobernantes.  Sin duda ocurren en el  calentamiento político hacia  nuevos cargos que estarán en disputa, resulta interesante”.

Por otro lado, el gobierno que encabeza Anguiano Moreno se ha dedicado a regalar el software de servicios digitales a diferentes estados con la intención de que la población y la administración estatal sean reconocidas en el país. No hay datos de cuánto cuesta ni de un beneficio físico o sustancioso para la sociedad, pero “no hay mejor promoción de una entidad que el que la población de otros estados esté haciendo reconocimientos de nuestra entidad y que sean reconocimientos positivos”, declaró para este reportero el mandatario luego de que su gobierno comprara espacios en radio y espectaculares por la entidad, para dar a conocer la distinción que hizo el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera Espinosa, de Colima como un estado a la vanguardia en la digitalización de sus servicios.

Al respecto, el presidente del Consejo Estatal del PRD, Francisco Rodríguez García, refirió que el regalo del software de servicios que hace el gobierno de Mario Anguiano Moreno a otros estados es una cortina de humo ante la falta de obras y acciones en beneficio de la sociedad, “es para la vitrina de supuestos trofeos del gobierno, para el ego del gobernador”, porque en nada beneficia a los colimenses, señaló, “Finalmente son funciones que sólo sirven para la vitrina de supuestos trofeos del gobierno”.

 

MERCADEO POLÍTICO

Jimenez Godínez anota que los reconocimientos, dependiendo  de quien los otorga y sobre qué bases  metodológicas se sustentan, pueden  efectivamente  dar valor al desempeño de un gobierno o de un gobernante; pero  ante una evaluación crítica, si  el otorgante no acredita los méritos que dice reconocer, entonces tenemos un mercadeo político con ese tipo de  recursos de imagen. 

Entre otros premios a políticos que también se puede enlistar está el “Hombre Gallo” (una escultura de más de un metro de altura realizada por el artista Sergio Bustamante), entregado en agosto de 2009 por el PRI al entonces gobernador Jesús Silverio Cavazos Ceballos para agradecerle su lealtad, los triunfos electorales y los alcances de su gobierno estatal. La entrega se hizo en sesión extraordinaria del consejo político estatal, ahí, la dirigente estatal del partido Itzel Ríos, dijo que desde 1991, no se habían logrado tantos cargos de elección popular en Colima.

Cualquiera sue sea el galardón, interviene el historiador, un reconocimiento debe ser tomado con  cautela en relación a quien lo otorga, “si por ejemplo lo otorga una institución académica de prestigio nacional e internacional, ajeno a la politiquería de partidos o facciones, es muy meritorio. Pensemos, por ejemplo, en el Colegio de México, en la Universidad Nacional Autónoma de México”.  

Incluso, abunda, “los reconocimientos que otorgan  organismos  internacionales, como el Banco Mundial,  la OCDE, aunque  obedezcan a lineamientos de cooperación o de ajustes con  el orden internacional, muchos de ellos, desde la perspectiva social o de izquierda,  están “bendecidos” por  el neoliberalismo como alma superior de esos organismos, y estarían reconociendo una ciega adhesión a las políticas del mercado, y no de políticas urgentes que se requieren precisamente para restaurar los daños que causa ese sistema y que se puede resumir en una  expresión simple “rásquese cada quien como pueda”.

Por lo anterior Jesús Jiménez advierte que es importante analizar varios factores: quién entrega el reconocimiento, si se pagó algo por él o en base a qué se tomó la decisión; ver si tiene fines político-electorales o llevan alguna intención más allá de un real reconocimiento, apegado a la realidad; y analizar si el personaje o gobierno que recibe el premio realmente satisface los parámetros requeridos.  

 

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