Colima, México (24 de septiembre de 2013).-“La única alternativa que tenemos ante los gobernantes que quieren privatizar ‘hasta los calzones de la gente’ es la movilización. No hay otra alternativa más que la movilización, esto es lo único que nos queda como sociedad, porque si no expresamos nuestra inconformidad, aquí, en el zócalo de la Ciudad de México y en donde sea, vamos a tener que conformarnos con lo que están haciendo desde arriba las autoridades gubernamentales”.
Así lo considera el profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Colima, Manuel Salvador González Villa, quien expone que son necesarios los movimientos y protestas, incluso de los maestros de la CNTE, porque están defendiendo sus derechos que serían eliminados con la reforma educativa.
El académico advierte que es posible que las reformas del presidente Enrique Peña Nieto sean aprobadas, como ha sucedido con la laboral y educativa, que no han visto mucho por la defensa de los trabajadores y maestros, “todo apunta a que la privatización va tal y como lo están proponiendo quienes actualmente gobiernan el país”, señala.
–¿Y cuál sería la solución? -se le cuestionó-
–Abrir y convocar a un gran debate nacional. El asunto de Pemex tiene que ver con el proyecto de nación y lo que queremos como mexicanos, pero que sea una invitación a una convocatoria abierta a discutir sobre el recurso más importante que tenemos, donde prevalezca la información que debe tener la gente para que después tenga una opinión y una línea que ofrecerle al gobierno federal.
— ¿Una encuesta?
Por supuesto, es parte de lo que se tiene que plantear como una urgencia para el país.
— ¿Será suficiente la presión social?
–Yo desearía que así fuera, pero lo que estamos viviendo, y tampoco podemos anticiparlo, vamos a ver hasta dónde llegan las movilizaciones. Yo creo que es un momento, digamos, muy significativo que habría que ver hasta dónde puede llevarse.
Al abundar sobre la reforma hacendaría, Salvador González refiere que “lo que está claro es que una reforma auténticamente popular debe de estar pensada en que las grandes empresas paguen impuestos lo que deberían pagar, no cargarle más la situación al pueblo”.
“No es esa la alternativa, los actuales gobernantes y los anteriores ven a la sociedad mexicana como un agente pasivo, no como un actor principal, parece que siguen pensando que no tenemos la posibilidad de pensar diferente a como lo hacen ellos”, concluye el investigador al rechazar las reformas que pretende imponer el gobierno federal priista, cuyo contenido afectan a la sociedad mexicana, asegura.