El sexo anal no es un patrimonio exclusivo de los gays. A pesar de lo que se cree comúnmente, se estima que sólo la mitad de los hombres gays lo han probado y menos del 30 por ciento lo practican regularmente. Es sabido que la práctica sexual anal está bastante difundida, e incluso goza de cierto furor, en las últimas décadas entre la población heterosexual, aun cuando la mayoría siguen negándolo, como si fuera un delito por el cual podrían ser encarcelados. Según estudios actuales, aproximadamente el 40 % de las parejas heterosexuales la han intentado y la disfrutan volviéndose una práctica común tras el sexo vaginal y oral; y si bien – antes era considerada tabú por presiones religiosas, sociales, médicas, psicológicas o de otra índole – su propia condición “prohibitiva” la catapultó como objeto de deseo hasta convertirse en fetiche comercializable por la industria pornográfica o en método anticonceptivo ultra recomendado, ambos a escala mundial.
Da igual cuándo y dónde se haya nacido: si tú eres terrícola, seguro que alguna vez habrás oído aquello de que “el sexo anal sólo le interesa a los hombres”. O tal vez expresado en otra de sus frases clásicas: ¿Por qué a los hombres les interesa TANTO el sexo anal?
La práctica de un sexo anal heterosexual, está muy cargado de un libido homosexual incontenible que justamente plantea la disyuntiva de hasta qué punto el deseo sexual es amorfo, difuso y anárquico y deviene en una fuente de placer inagotable. El hecho de que a un hombre heterosexual le guste el sexo anal (tanto penetrar como ser penetrado) no esconde represiones de una orientación sexual encubierta, ni deseos ocultos. A millones de hombres les encanta recibir estimulación anal, con besos, caricias, lenguas, dedos o juguetes eróticos
Al pensar, analizar y reflexionar las “entrevistas” muy entretenidas y casuales que llevé a cabo entre mis amigos tanto heterosexuales como homosexuales, quienes muy relajados y abiertos me bombardearon de anécdotas insospechadas y me recordaron situaciones personales y que podrían ser enriquecidas con sus sugerencias, sugerencias que la mayoría de las veces eran hechas por heterosexuales, quienes se supone que son los menos expertos en el tema; concluyo que deberíamos dejar de lado la estrechez de mente que conlleva a una estrechez de ano pues ésta limita nuestro deseo natural de exploración frustrando nuestro apetito de conocimiento y experimentación. Es cansado y hasta cierto punto molesto, pero no deja de ser respetada la forma de pensar de muchos al mencionar la típica y ya trillada frase “eso no fue hecho para usarse así” haciendo referencia a la penetración anal, como si mencionarlo fuera motivo de multas o burlas. En mi opinión, opinión que también tiene que ser respetada, para mí no es más que un pensamiento retrograda, me he enfrentado a esa frase más de 10 veces y estoy seguro de no ser el único.
El sexo anal es como que la GRAN TENTACIÓN, que genera tanta curiosidad, como deseo y temor.
Efectivamente, uno de los mayores temores sobre el sexo anal, es que sea doloroso. Pero la realidad es que no tiene por qué ser doloroso; al contrario puede ser extremadamente placentero tanto para mujeres como para hombres.
Les dejo unos Tips para que se Tienten sin Dolor!
• Relájense: Si tratan de forzar la entrada al ano muy rápido, van a generar dolor. Por eso, deben respirar profundamente y tratar de relajar los esfínteres anales.
• Lubríquense: El ano no produce ninguna lubricación natural, por lo que deben siempre utilizar un lubricante artificial a base de agua, para no irritar el tejido anal.
• Mantengan el control: La persona que lo recibe debe siempre estar en control de la penetración, sobre todo durante el comienzo de esta. La penetración debe ser lenta y suave.
• Estimulen otras partes del cuerpo: las estimulaciones de clitoridiana o peneana combinadas con el juego anal pueden ser absolutamente explosivas.
• Y SIEMPRE USEN PRESERVATIVO! Recuerden que por el sexo anal no es posible la fecundación pero sí pueden contraer enfermedades de transmisión sexual.
Hay cosas que por nada del mundo tienes que creer, cosas que por lo general solo las abuelitas dirían, como por ejemplo:
• Sólo las prostitutas, los pervertidos y los frikis tienen sexo anal
• Sólo los hombres gay tienen sexo anal
• A los hombres heterosexuales que les gusta el sexo anal son en verdad gays
• A las mujeres no les gusta el sexo anal
El sexo anal “bien hecho” no sólo no duele sino que se siente rico. Rico no, riquísimo. Además, desata fantasías y sensaciones maravillosas de entrega, sumisión y dominación. Pero, aunque produce unos orgasmos de órdago, no es capaz de cambiar la orientación sexual de una persona.
El ansia de penetrar esa zona prohibida tan imperfecta como fascinante, tan desatendida y expectante, con formas o métodos ingeniosos y eficazmente placenteros como son la penetración anal clásica, penetración con los dedos – práctica muy extendida entre hombres heterosexuales por su contraparte femenino – penetración con dildos o juguetes sexuales, sexo oral-anal o “beso negro” y un sinnúmero más de procedimientos. Así, el placer del sexo anal puede aplicarse a mujeres y hombres de cualquier orientación sexual convirtiéndose en una suerte de ejercicio democratizador que por fin nos equipara en un mismo plano de búsqueda del placer como derecho legítimo.
Y recuerda, siempre recuerda
¡Y vivieron felices por siempre!, no solo depende de ti, las relaciones SIEMPRE serán de dos. Y la variedad en ellas tiene que ser divertido, no doloroso.
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