Sin ser ajena al informe de la CTM de enero de 2012, elaborado por su Secretaría de Acción Política, donde se advierte que habrá crisis social nacional relacionada con dos grandes problemas como son: las pensiones y el fondo de ahorro para el retiro (La Jornada, 30 de enero de 2012, p. 13), la Universidad de Colima en relación al Fondo Social de Apoyo al Pensionado (Fosap) atraviesa por una real crisis institucional de alcance mayor y extraordinario.

Y es que estudios legislativos actuales refieren que entre las presiones financieras de mayor relevancia en México se encuentran los sistemas de pensiones y jubilaciones, cuya demanda será creciente en los años por venir: se calcula que el aumento promedio anual de personas de 65 años y más en el periodo 2013-2030 será de 3.6 por ciento, mientras la población en general lo hará en 0.9 por ciento (La Jornada, 3 de noviembre de 2013, p. 30).

Así, aunque sea explicable y aceptable la enorme presión financiera generada por el sistema de pensiones y jubilaciones a nivel nacional, también cabe admitir que en casos particulares como la Universidad de Colima la historia administrativa y financiera del FOSAP desde su constitución interna misma (1990) se adereza de ambigüedades y con más sombras que transparencias de carácter ritual, de tal manera que aún hasta el presente (2013) la información oficial proporcionada por la Tesorería General (TG) y la Dirección General de Recursos Humanos (DGRH) parece estar regida por un especie de principio según el cual, el secreto es un instrumento básico de poder. 

Dos casos concretos son ejemplos al respecto:

a). El primero en el marco que las jubilaciones y pensiones absorben nóminas de universidades públicas, cuando la Auditoría Superior de la Federación (ASF) luego de revisar las reformas de los esquemas de jubilaciones y pensiones de 22 de 28 universidades públicas en el país entre los años 2002-2005, que consistió en incrementos por 3 mil 72 millones de pesos con el objetivo para fortalecer, incrementar, sanear y abatir pasivos contingentes (El Universal, 28 de mayo de 2007), la Universidad de Colima entre 2002-2010 al respecto constituyó  un ejercicio total  por 152 millones 415 mil pesos cuando por su parte el tesorero general José Concepción Nande Mercado mediante oficio 302/2007 enviado al SUTUC reconocía que “faltaba por depositar 109 millones 721 mil 141 pesos, por concepto de aportaciones de los años 2005, 2006 y 2007”. Un faltante que sumaba más de cien de millones de pesos -sin incluir el monto del viejo Fosap-,  que a la postre el rector Aguayo López desconoció públicamente contradiciendo lo dicho en el oficio suscrito por el tesorero.

b). El segundo ejemplo constituido por el disonante contraste entre el Informe presentado por Consultores Asociados J. Rodríguez Turcato, S.C. sobre el resultado de la aplicación de procedimientos convenidos respecto de la administración de los recursos del Fondo Social de Apoyo al Pensionado de los trabajadores de la Universidad de Colima FOSAP, por las operaciones financieras realizadas durante el período 1° de enero del 2005 al 31 de diciembre del 2010 donde al anexar los estados de cuenta se identifican (dos) contratos: el FIDEICOMISO 2001277-1 Cuenta de manejo Banco 65502128155 y CUENTA EMPRESARIAL 65500480979 por un monto total de 623,402,433.46 ; y el “Informe Preliminar” presentado por los comisionados gubernamentales Arturo Flores García y José Luis Villa Aguijosa donde el estado financiero en relación a los recursos del Fosap, de 2001 al 31 de diciembre de 2011 refiere estar integrado por (tres) cuentas bancarias: Santander Cuenta de Cheques con Número de Cuenta 65-50048097-9; Santander Inversión Creciente Número de Cuenta 65-50048097-9; y Santander Fideicomiso FOSAP Número de Cuenta 2001277-1 sumando un saldo total de $ 625’424,460.72 bajo la observación de que dichos importes mencionados “no fueron presentados con las certificaciones bancarias correspondientes” (p.3). Diversas cuentas y contratos en torno al FOSAP que en todo caso solamente conocen las autoridades de la Universidad de Colima propiamente.   

En otros términos dicho, aunque las autoridades de la Universidad de Colima – Rector/ TG/DGRH- hasta hoy en día no se han mostrado dispuestas a proporcionar una información uniforme que permita un análisis integral del problema del FOSAP, es posible identificar y evaluar los factores que han causado el desequilibrio financiero entre los que destaca el nivel de prestaciones y beneficios centralizado y concentrado en apenas nueve funcionarios y/o exfuncionarios universitarios según se quiera ver constituyéndose en prerrogativas financieras benignas y en esa medida definiendo a tales beneficiarios  hoy por hoy en una real plutocracia universitaria –poder de unos cuantos- regida y amparada por las autoridades en turno bajo el principio de una absoluta discrecionalidad y sin control o contrapeso no obstante existir en teoría un Comité Técnico a manera de órgano regulador para administrar y trasparentar el manejo del Fosap. 

Tal plutocracia universitaria está constituida por: Ramón Arturo Cedillo Nakay, quien bajo la Cuenta número 350 que incluye Canasta Básica (CV-07) $674.5 y del Fosap (CV-17) $ 72,798.07, percibe un total quincenal de $ 73,445.57; Miguel Ángel Aguayo López, bajo la Cuenta número 13 percibiendo de Canasta Básica (CV-07) $647.5 y del Fosap (CV-17) $ 65,001.40, percibe un total quincenal de $ 65,648.90; Gustavo Ceballos Llerenas bajo Cuenta número 342 que incluye Canasta Básica (CV-07) $647.5 y del Fosap (CV-17) $ 51,998.84, percibe un total quincenal de $ 52,645.39; Juan José Guerrero Rolón bajo Cuenta número 740 que incluye Canasta Básica (CV-07) $647.5 y del Fosap (CV-17) $ 51,998.34, percibe un total quincenal de $ 52, 646.07; Fernando Moreno Peña bajo Cuenta número 1144 que incluye Canasta Básica (CV-07) $647.5 y del Fosap (CV-17) $ 72,797.99, percibe un total quincenal de $ 73 445.49; Carlos Salazar Silva bajo Cuenta número 1520 que incluye de Canasta Básica (CV-07) $647.5 y del Fosap (CV-17) $ 72,798.07, percibe un total quincenal de $ 73, 445.57; Francisco Lepe Aguayo bajo Cuenta número 886 que incluye Canasta Básica (CV-07) $647.5 y del Fosap (CV-17) $ 35,237.25, percibe un total quincenal de $ 35,884.75; Jorge Humberto Silva Ochoa bajo Cuenta número 1596 que incluye Canasta Básica (CV-07) $647.5 y del Fosap (CV-17) $ 56,240.61, percibe un total quincenal de $56, 888.11; y Juan Mesina a la Torre bajo Cuenta número 3585 que incluye Canasta Básica (CV-07) $647.5 y del Fosap (CV-17) $ 29,850.69, percibía un total quincenal de $30,498.19, siendo el total global de $ 514,548.49 a cuenta del Fosap quincena a quincena.  

Sin embargo, de lo cuestionable y no justificable en cuanto a los altos ingresos que percibe esta plutocracia universitaria en calidad de pensionados es el hecho que tan benignas percepciones se establecen en función del último cargo laboral que como funcionarios desempeñaron en la Universidad de Colima aunque técnicamente sea inadmisible debido a que dicha remuneración debe establecerse en función del salario base que tenían antes de haber ascendido a la calidad de funcionarios, según lo contemplado y negociado en el Contrato Colectivo. Otra cuestión que no puede soslayarse es que casos como el de Fernando Moreno Peña laboralmente no cumplió cabalmente los 28 años de servicio universitario normativamente establecidos y sin embargo ya percibe un ingreso como jubilado. Por lo anteriormente señalado es explicable el hermetismo de las autoridades universitarias de proporcionar al SUTUC los dictámenes de jubilación para verificar si los beneficiarios cumplen los requisitos y reciben el monto que realmente les corresponde. 

De igual manera, pero ahora en la relación de pagos de nómina de la Universidad de Colima de febrero de 2005 a diciembre de 2011 se registra y contabiliza el ejercicio correspondiente al propio rubro Fosap un total de $ 265 millones 490,148.05, además de prestaciones como: Canasta Básica por $13 millones 973,079.51; Aguinaldo $ 37 millones 618,513.58; Retroactivo $ 763 mil 950.41; Bonos $ 4 millones 490,699.80; Reintegros $ 318 mil126.60; días de Complemento $ 3 millones 812,537.58; Fondo de Retiro $ 2 millones 577, 119.00; Prima de Antigüedad $ 2 millones 609,017.00; otras percepciones $ 7 mil 546.00, sumando un total global de $ 331 millones 660,738.06.

Y aunque las autoridades universitarias señalan y han declarado a través de documento oficiales haber hecho estas erogaciones mediante recursos propios y ordinarios para evitar la descapitalización del Fosap, cabe señalar que los ministros de la Suprema Corte de Justicia (SCJN) al resolver que es Constitucional reducir el monto de las prestaciones de seguridad social, particularmente, las pensiones jubilatorias, señalaron que una cosa son los sueldos y otra las prestaciones sociales, las cuales si pueden ser disminuidas (La Jornada, 23 de febrero de 2012).

Epílogo. 

1). Hasta antes del Fosap creía en la respetabilidad de la institución rectoral como realidad concreta y no como entidad abstracta, la respetabilidad per se del edificio rectoral situado en el campus central de la Universidad de Colima. Hoy sé que los exrectores Humberto Silva Ochoa y Fernando Moreno Peña forman una élite plutocrática –recuérdese la foto juntos en el cumpleaños del actual rector Hernández Nava recientemente-, pueden aborrecerse entre sí, pero tienen por sagrado el principio de la asociación delictiva: la complicidad; 

2). Hay cosas que tenemos que pensar muy a fondo para ir saneando a nuestra Universidad de Colima, pues como advierte la Auditoría Superior de la Federación se “identificó en 13 de 16 universidades que los trabajadores retirados reciben salarios superiores a los que están activos” (El Universal, 28 de mayo de 2007); 

3). No cabe duda que la cúpula o plutocracia universitaria colimense casi siempre ha actuado en contra de los intereses de la mayoría de los universitarios. Empero, a raíz del FOSAP específicamente en que se están revelando secretos oficiales, en esa medida se está socavando el poder que la mantuvo fuerte, cerrada y hermética mientras permaneció en lo oscuro beneficiándose del dinero público. Expuesta a la luz del sol, empieza a evaporarse. 

 

Colima, Col. 19 de noviembre de 2013  

   

 

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