La CNDH determinó que los reclusorios de Colima, Tecomán y Manzanillo, tienen graves deficiencias, y prácticas ilícitas entre ellas el cobro por protección, además se detectaron sustancias prohibidas y una deficiencia de personal de seguridad y custodia

Colima, México (20 de noviembre de 2013) Las tres cárceles de Colima presentan deficiencias graves y la calificación de gobernabilidad  es de apenas 6.95 por ciento, de acuerdo al diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2012 elaborado por la Comisión Nacional de derechos Humanos (CNDH) y que fue dado a conocer este mes.

El organismo defensor de los Derechos Humanos consideró preocupante que  los reclusorios de Colima, Manzanillo y Tecomán carezcan de personal de seguridad y custodia suficiente para traslados y cubrir las ausencias, vacaciones e incapacidades.

Además, los tres centros de reclusión social no cuentan con un manual de procedimientos para ingreso, o traslado de internos, en caso de motín, además carecen de procedimientos para el funcionamiento del Consejo Técnico Interdisciplinario.

Este reporte, que está disponible en internet, evidencia que en las tres cárceles de Colima no se respeta el debido proceso en la imposición de sanciones disciplinarias, el derecho de audiencia, ni se notifican las sanciones y no se realizan las certificaciones médicas de los internos.

Además, en los tres Centros de Readaptación Social se efectúan actos ilícitos, persisten zonas de privilegio con introducción de objetos y sustancias prohibidas, e internos ejercen violencia y cobran a sus compañeros reclusos por protección.

El Centro de Readaptación Social de Colima tiene mil 931 internos, y la CNDH evaluó cinco rubros, en el que tiene que ver con Condiciones de Gobernabilidad y la calificación que alcanzó fue de apenas 3.64 por ciento.

Los representantes de la CNDH determinaron que hace falta un manual de procedimientos para traslado de internos, actuar en caso de motín, uso de la fuerza, o solicitar audiencia con las autoridades, y presentar quejas,

De igual forma es insuficiente el personal de seguridad y custodia; hay deficiencias durante el proceso de imposición de sanciones disciplinarias, así también no se respeta el derecho de audiencia, las sanciones no son determinadas por la autoridad competente, aplicación de sanciones no previstas en el reglamento.

Además no existe certificación médica de los internos sancionados; hay un trato indigno durante la sanción y no se integra la sanción al expediente técnico.

Pero también la CNDH documentó la existencia de áreas de privilegios, de objetos y sustancias prohibidas; así como la existencia de internos que ejercen violencia o control sobre el resto de la población.

Hay cobros por parte de los internos por protección, asignación de estancia y plancha para dormir, pase de lista, mantenimiento de los dormitorios, alimentos, servicio médico, atención de áreas técnicas, medicamentos, uso del teléfono, visitas, por acceso a actividades laborales, educativas y/o deportivas, no realizar labores de limpieza y no cumplir una sanción administrativa.

El reclusorio capitalino obtuvo calificación reprobatoria en las condiciones de gobernabilidad, donde alcanzó el 4.23 por ciento; Aspectos que garantizan la integridad física y moral del interno con 4.84 por ciento; Aspectos que garantizan una estancia digna, con 5.99 por ciento; mientras que Reinserción Social alcanzó 6.97  por ciento; y en Grupos de Internos con Requerimientos Específicos 6.84 por ciento.

En Manzanillo existe una de deficiente elaboración, distribución y calidad de los alimentos, y deficiencias en los programas de desintoxicación, además de cobros, y sustancias prohibidas.

La misma situación presenta el reclusorio de Tecomán, aunque aquí también la CNDH detectó deficiencia en la alimentación de los hijos de las internas, asistencia a la biblioteca y visitas íntimas.

 

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